El fiscal atribuye una crueldad extrema a los 'cerebros' del 'caso Olot'

Guirado y Ullatre se niegan a responder a las preguntas de los acusadores

Antonio Guirado y Ramon Ullastre, los dos presuntos 'cerebros' del secuestro de Maria Àngels Feliu, se negaron ayer a responder las preguntas de la fiscalía y la acusación particular en la segunda sesión del juicio por el secuestro de la farmacéutica de Olot. Con todo, la escucha de algunas intervenciones telefónicas y la lectura de las confesiones de los acusados dibujaron una situación de extrema crueldad para la víctima.

Guirado y Ullastre sólo tomaron la palabra para relatar, a preguntas de sus defensas, las supuestas presiones psicológicas y promesas de indulto con que fueron obten...

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Antonio Guirado y Ramon Ullastre, los dos presuntos 'cerebros' del secuestro de Maria Àngels Feliu, se negaron ayer a responder las preguntas de la fiscalía y la acusación particular en la segunda sesión del juicio por el secuestro de la farmacéutica de Olot. Con todo, la escucha de algunas intervenciones telefónicas y la lectura de las confesiones de los acusados dibujaron una situación de extrema crueldad para la víctima.

Guirado y Ullastre sólo tomaron la palabra para relatar, a preguntas de sus defensas, las supuestas presiones psicológicas y promesas de indulto con que fueron obtenidas sus confesiones. Montserrat Teixidor, esposa de Ullastre, aseguró desconocer que Feliu pasó 492 días en el lóbrego zulo excavado bajo su casa. Los ocho acusados por el secuestro siguen la estrategia de no declarar nada que pueda perjudicarlos o complicar la defensa del resto de los acusados.

A pesar de que el ex policía local de Olot Antonio Guirado ha reconocido su participación en el secuestro en diversas declaraciones y careos, ayer decidió no ahondar en su inculpación. La fiscalía y la acusación particular reclamaron su derecho a formular las preguntas y repasaron anteriores confesiones en las que se relata que Guirado escogió a Feliu porque era vecina suya y podía vigilarla mejor. El fiscal recordó que Guirado llegó a golpear con la culata de su pistola reglamentaria a Feliu, y que cobrar el rescate había sido su única preocupación.

Ullastre exculpó al acusado Juan Manuel Pérez, el presunto colaborador en la construcción del zulo, y mantuvo silencio cuando el fiscal relató el rosario de torturas con que mantuvo aterrorizada a Feliu: los cuatro meses sin luz en el zulo, la amenaza de cortarle los dedos y el engaño de que el secuestro era obra de ETA.

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