El secuestro de Maria Àngels Feliu llega hoy a juicio al cabo de 10 años

Ocho acusados por el 'caso Olot' afrontan penas de entre 20 y 22 años

Los ocho presuntos integrantes de la trama del secuestro más largo cometido por delincuentes comunes en España se sientan desde hoy en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Girona. La fiscalía pide para cada uno de ellos entre 20 y 22 años de cárcel. Les atribuye el secuestro, el 20 de noviembre de 1992, de la farmacéutica de Olot Maria Àngels Feliu, hija de un adinerado empresario de la comarca de la Garrotxa (Girona).

La acusación estima que los acusados cometieron también un delito de daños a causa de las graves secuelas físicas y psicológicas que dejó en la farmacéutica, m...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Los ocho presuntos integrantes de la trama del secuestro más largo cometido por delincuentes comunes en España se sientan desde hoy en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Girona. La fiscalía pide para cada uno de ellos entre 20 y 22 años de cárcel. Les atribuye el secuestro, el 20 de noviembre de 1992, de la farmacéutica de Olot Maria Àngels Feliu, hija de un adinerado empresario de la comarca de la Garrotxa (Girona).

Más información

La acusación estima que los acusados cometieron también un delito de daños a causa de las graves secuelas físicas y psicológicas que dejó en la farmacéutica, madre de tres hijos pequeños, su reclusión durante 492 días en un lóbrego y reducido zulo excavado bajo tierra. La vista se celebra cuando se cumplen diez años y una semana del inicio del secuestro, después de una larga investigación que llegó a dar por muerta a la secuestrada, una sorpresiva liberación, la revelación de la implicación de policías locales en el rapto y un tortuoso sumario, criticado por todas las partes, que ha explorado algunas líneas de investigación peregrinas.

Joan Casals y Xavier Bassa, detenidos antes de la liberación de Feliu, son los primeros acusados que hoy se serán interrogados. La farmacéutica no ha presentado cargos contra ellos porque considera que la declaración del confidente policial que les implica, Francisco Evangelista, no es nada fiable. Evangelista llegó a insinuar el "autosecuestro" de Feliu en un programa de televisión. Casals y Bassa no han sido implicados en el delito por la banda de supuestos secuestradores detenida a raíz de la confesión, el 10 de marzo de 1999, del policía local de Olot Antonio Guirado.

El fiscal, no obstante, les atribuye el papel de planificadores. Guirado sería, según el fiscal, el cabecilla de la banda que se encargó de raptar a la víctima en el garaje de su casa. Le ayudaron Josep Zambrano, otro policía local ya fallecido, y José Luís Paz.

Ramon Ullastre, otro de los acusados, sería el líder del grupo de Osona, encargado de custodiar a Feliu. El zulo se excavó bajo su casa adosada de Sant Pere de Torelló. La esposa de Ullastre, Montserrat Teixidor, la única mujer que se sienta en el banquillo, estaba al corriente de los hechos, según el relato del fiscal, y llegó a cocinar para Feliu.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Sebastià Comas, el carcelero que al parecer liberó por su propia iniciativa a la secuestrada, y Juan Manuel Pérez Funes, colaborador en tareas de vigilancia, completaban este grupo.

Los abogados defensores solicitan la absolución por diversos motivos. El letrado de Antonio Guirado reclama la nulidad de las actuaciones por supuestas irregularidades en su primer interrogatorio y pide también que se tenga en cuenta que su testimonio permitió detener al resto de la banda. Casals y Bassa son quienes, según todos los indicios conocidos hasta ahora, tienen en contra menos pruebas incriminatorias.

A la espera de sorpresas

La mayoría de las partes han reconocido que la vista oral puede deparar sorpresas, aunque también se muestran escépticos sobre la posibilidad de cerrar todos los interrogantes que la investigación policial no aclaró. La supuesta implicación de uno o varios cerebros que no han podido ser detenidos o el pago del rescate son algunos de ellos.

La defensa de Feliu es tajante en afirmar que no llegó a pagarse por la liberación. El fiscal admite que hubo muchos intentos de cobro, con peticiones económicas superiores a los 50 millones de pesetas. No consta, según su relato, que los numerosos desplazamientos a que obligaron a los miembros de la familia Feliu permitieran efectuar el pago. Todos los acusados están en libertad condicional. Feliu ha reconocido con estupor que se encontró cara a cara con uno de ellos en plena calle de Olot.

El juicio ha despertado una gran expectación y ha obligado a alquilar unas dependencias anexas a la Audiencia de Girona para dar cabida a los 233 periodistas y técnicos acreditados. La judicatura ha decidido ofrecer una señal audiovisual institucional que las televisiones y radios podrán pinchar a voluntad. Está previsto que el juicio se prolongue hasta el 5 de febrero, en sesiones de miércoles a viernes. Tras el interrogatorio de los acusados, Maria Àngels Feliu declarará los días 4 y 5 de diciembre.

Maria Àngels Feliu.

"Leyendas urbanas"

La farmacéutica asegura que afronta el juicio con angustia, aun sabiendo que es la única forma de cerrar una experiencia que la ha cambiado. Y no sólo por el secuestro. Feliu se sintió muy maltratada cuando, al poco tiempo de ser liberada y ante la falta de resultados de la investigación policial, algunos programas telebasura encontraron en su caso la carnaza para llenar sus espacios. Supuestos "expertos" o "agentes secretos" especularon durante semanas con las más delirantes posibilidades.El trato diario con rumores y sospechas en el mostrador de su farmacia de Olot, un municipio pequeño en el que todos se conocen, no le permitió enterrar su vivencia. Feliu ha recordado en diversas ocasiones que esas especulaciones le impidieron curar las heridas psicológicas. El propio magistrado que preside el juicio, Fernando Lacaba, aludió anteayer en una rueda de prensa a la necesidad de romper con pasadas "leyendas urbanas".

Archivado En