Los acusados del crimen del taxista tenían sus ropas llenas de sangre

Los policías que ayer declararon en el juicio que se sigue contra dos jóvenes rusos por el asesinato de un taxista malagueño ratificaron que ambos imputados aún tenían sus ropas manchadas de sangre cuando fueron detenidos el 16 de febrero de 2001, dos días después del crimen. Además, testificaron que en el taxímetro, en el que apareció el cadáver, se identificó una huella de uno de los inculpados.

Las defensas de Vladimir F., de 23 años, y Sergei E., de 22, usaron el detalle de la ropa manchada de sangre para reforzar su versión de que ambos eran inocentes y que no tuvieron nada que ver...

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Los policías que ayer declararon en el juicio que se sigue contra dos jóvenes rusos por el asesinato de un taxista malagueño ratificaron que ambos imputados aún tenían sus ropas manchadas de sangre cuando fueron detenidos el 16 de febrero de 2001, dos días después del crimen. Además, testificaron que en el taxímetro, en el que apareció el cadáver, se identificó una huella de uno de los inculpados.

Las defensas de Vladimir F., de 23 años, y Sergei E., de 22, usaron el detalle de la ropa manchada de sangre para reforzar su versión de que ambos eran inocentes y que no tuvieron nada que ver con la muerte del taxista. "No actuaron como una persona que quiere ocultar un asesinato", argumentaron. Sus letradas sí reconocieron que cogieron "ilegítimamente" el vehículo y "algunas monedas" de la recaudación.

El día anterior, la Fiscalía y la acusación particular habían advertido al jurado popular que juzga el caso que la sangre impregnada en sus prendas era de Juan de la Cruz, asalariado del taxi, de 46 años. Además, hicieron hincapié en la contradicción entre la primera declaración de los imputados, en la que negaron haber utilizado el coche, y otra posterior, tras saber que había pruebas en su contra, en la que sí reconocieron que habían cogido el vehículo y algo de dinero.

La Fiscalía pide 20 años de cárcel para cada inculpado mientras que la acusación exige 25 años por los delitos de asesinato y robo. Sus defensas insisten en que no participaron en el crimen. La víctima murió por los cortes que le hicieron en el cuello desde el asiento trasero. Según la policía, el móvil fue el robo de los 120 euros que llevaba de recaudación. La vista sigue hoy.

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