Una decisión por sorpresa
El Tribunal de Apelación de Perugia ha condenado a 24 años al senador vitalicio Giulio Andreotti y al mafioso Gaetano Badalamenti por el asesinato del periodista Mino Pecorelli. (...) Mino Pecorelli fue asesinado en 1979 en Roma. (...) En este proceso, el fiscal ha sostenido (...) que Pecorelli fue asesinado por orden de Giulio Andreotti y Claudio Vitalone porque pensaba publicar partes inéditas del memorial de Aldo Moro. (...) Cuando Andreotti fue absuelto en el proceso de Palermo, toda la prensa moderada gritó que "en Palermo todavía hay jueces", queriendo decir que se había desenmascarado l...
El Tribunal de Apelación de Perugia ha condenado a 24 años al senador vitalicio Giulio Andreotti y al mafioso Gaetano Badalamenti por el asesinato del periodista Mino Pecorelli. (...) Mino Pecorelli fue asesinado en 1979 en Roma. (...) En este proceso, el fiscal ha sostenido (...) que Pecorelli fue asesinado por orden de Giulio Andreotti y Claudio Vitalone porque pensaba publicar partes inéditas del memorial de Aldo Moro. (...) Cuando Andreotti fue absuelto en el proceso de Palermo, toda la prensa moderada gritó que "en Palermo todavía hay jueces", queriendo decir que se había desenmascarado la conspiración de los magistrados de izquierdas. ¿Pero ahora qué dirá esa prensa moderada?
Silvio Berlusconi ya ha expresado su opinión: "Andreotti es víctima de una justicia enloquecida". (...) El caso Pecorelli fue sin duda un delito político: fue asesinado para que no hablara. (...) Pero ¿cuál es el significado de la condena de Perugia mientras se lleva a cabo en el Parlamento una ofensiva general de la derecha para reducir al mínimo la autonomía de la justicia? Quizás un intento por parte de los jueces de defender su autonomía con una sentencia clamorosa, de rechazar las sospechas o las condenas globales como las realizadas por Berlusconi, que liquida el caso invocando a la locura colectiva de una institución. (...) En cualquier caso, debería estar claro tanto para la derecha como para la izquierda que la campaña incesante e irresponsable para denigrar a la justicia está alcanzando un resultado funesto: su destrucción.
Giorgio Bocca
Roma, 18 de noviembre.