OPINIÓN DEL LECTOR

Padres separados

Somos padres que vivimos separados de nuestros hijos por una decisión judicial. Los vemos poco. Desde que decidieron que nuestros hijos tenían que vivir con sus madres y estar con sus padres un fin de semana de cada dos, los vemos muy poco. Y lo que aun nos preocupa más, ellos conviven muy poco con nosotros. Son niños sin padre... 12 días de cada 14. Y conforme pasa el tiempo, se nos antoja que nos necesitan más, que cada día que pasa sin tener una convivencia con su padre les hace daño.

Sabemos que los jueces de familia trabajan con la mejor de sus voluntades. Pero muchas veces nos da ...

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Somos padres que vivimos separados de nuestros hijos por una decisión judicial. Los vemos poco. Desde que decidieron que nuestros hijos tenían que vivir con sus madres y estar con sus padres un fin de semana de cada dos, los vemos muy poco. Y lo que aun nos preocupa más, ellos conviven muy poco con nosotros. Son niños sin padre... 12 días de cada 14. Y conforme pasa el tiempo, se nos antoja que nos necesitan más, que cada día que pasa sin tener una convivencia con su padre les hace daño.

Sabemos que los jueces de familia trabajan con la mejor de sus voluntades. Pero muchas veces nos da la sensación de que toman la determinación menos conflictiva, pensando por su puesto en el bien del menor. Pero mire, si no hay alguien que apueste por nuevas soluciones, viviríamos en las cavernas. La ley no les impide dar la custodia compartida de los menores a padres y madres. ¿Por qué nunca lo hacen? El 95% de las custodias se dan a las madres en exclusiva.

Nos parece que admitir esta diferencia entre los sexos (mujer-hombre) es algo impropio de la judicatura española, de las personas que, al final, se encargan de aplicar la ley en nuestro país. No creemos que los jueces españoles sean de la opinión de que 'los niños, son cosa de las madres', pero lo cierto es que sus sentencias tienen un poco ese olor rancio.

Verán, los padres también queremos a los niños. Y nos preocupamos por su educación, y porque coman lo que toca, y porque duerman las horas precisas, porque estén atendidos a toda hora, porque no les falte nada que nosotros les podamos dar. Y lo mejor de todo esto, bajo nuestro punto de vista, es que nuestros hijos nos necesitan y necesitan a sus madres por igual.

Solo una paternidad profundamente irresponsable puede hurtar al menor el contacto con uno de los progenitores. Y porque, en un escenario de normalidad, nuestros hijos tienen el derecho a compartir con sus padres y madres todo lo bueno y todo lo malo de cada uno de ellos.

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