José María Vara | Perfil

De agricultor a tendero

Iba a trabajar en la industria agroalimentaria y se quedó en la otra orilla, en las actividades de la gran distribución, donde ha sido cocinero antes que fraile. Hasta su nombramiento como presidente del grupo de distribución de supermercados El Árbol. José María Vara, un conquense de 42 años, casado y con tres hijos, criado en el campo y en el apego a la naturaleza, había apostado por la ingeniería agrícola como su actividad profesional. Sin embargo, apenas acabada la carrera, mientras cursaba en el IESE, en 1987, se cruzó en su camino el grupo Continente, donde, por eso de la cercanía con el...

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Iba a trabajar en la industria agroalimentaria y se quedó en la otra orilla, en las actividades de la gran distribución, donde ha sido cocinero antes que fraile. Hasta su nombramiento como presidente del grupo de distribución de supermercados El Árbol. José María Vara, un conquense de 42 años, casado y con tres hijos, criado en el campo y en el apego a la naturaleza, había apostado por la ingeniería agrícola como su actividad profesional. Sin embargo, apenas acabada la carrera, mientras cursaba en el IESE, en 1987, se cruzó en su camino el grupo Continente, donde, por eso de la cercanía con el sector agrario, pidió trabajar en la división de productos frescos. Le colocaron en la de textiles. Ha pasado en el grupo 14 años en diferentes puestos de responsabilidad. En 2000 recaló en el grupo de distribución holandés Ahold, como consejero delegado, en el que permaneció hasta 2002.

Nunca pensó que la distribución fuera a ser su actividad profesional, y mucho menos casi su forma de vida dadas sus largas jornadas laborales y las fechas de apertura que conlleva. Hoy es un enamorado de este trabajo y hasta disfruta de los sábados al pie del cañón. 'Me gusta la distribución por lo que supone de observar y estar en contacto con lo que pasa en la calle y, sobre todo, por lo que supone de seducir al cliente' . Hombre observador y tremendamente disciplinado, Vara es un ejecutivo de equipo. Considera además que para el buen funcionamiento de una empresa de distribución es indispensable que cada trabajador en contacto con los clientes vea la empresa como algo suyo.

El nuevo presidente de El Árbol entiende el negocio de la distribución como una estrategia para vender, pero también para comprar. Frente a la imagen de la empresa de distribución como el sacamantecas de los proveedores, se considera un hombre con capacidad para escuchar sus demandas, buscar un equilibrio de intereses y sobre todo, para cumplir los compromisos de pagos.

Aunque ha pasado la mayor parte de su vida profesional en el formato de distribución de los hipermercados, está encariñado con el modelo de supermercados como El Árbol, como algo más humano por la posibilidad de una mayor cercanía al consumidor. Para Vara, la distribución es la actividad ideal para estar en contacto con la gente y hacer una oferta en función de sus necesidades.

El poco tiempo que tiene libre lo emplea para leer, hacer el deporte y, sobre todo, disfrutar en el campo.

SCIAMMARELLA

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