Reportaje:

Un correo ejemplar

Unipost agrupa a los distribuidores postales privados del territorio nacional

No ha sido un camino fácil. Muchas de las empresas que componen el proyecto del nuevo servicio de distribución postal tienen más de 30 años de existencia y es ahora cuando ven la luz al final del túnel. Atrás quedan batacazos como el de Vía Postal y quiebras como la de la madrileña Dicoma. Pero parece que al final vale la pena el camino recorrido, a juzgar por los ecos que despierta el modelo de gestión empresarial que proponen.

A la tercera puede ir la vencida. Tras el fracaso de Vía Postal y el cierre de Dicoma en Madrid, parece que finalmente al todopoderoso Correos y Telégrafos le v...

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No ha sido un camino fácil. Muchas de las empresas que componen el proyecto del nuevo servicio de distribución postal tienen más de 30 años de existencia y es ahora cuando ven la luz al final del túnel. Atrás quedan batacazos como el de Vía Postal y quiebras como la de la madrileña Dicoma. Pero parece que al final vale la pena el camino recorrido, a juzgar por los ecos que despierta el modelo de gestión empresarial que proponen.

La homogeneización de las tarifas postales europeas en los próximos años supondrá una notable subida en España

A la tercera puede ir la vencida. Tras el fracaso de Vía Postal y el cierre de Dicoma en Madrid, parece que finalmente al todopoderoso Correos y Telégrafos le va a salir un competidor para preocuparse. Los correos privados acaparan actualmente el 11% del mercado, y el 7% corresponde a una sola empresa, Unipost, que espera crecer este año un 3% y duplicar su facturación en poco más de un lustro. Pero de lo que más orgullosos se muestran en este nuevo David postal no es de los aspectos cuantitativos, sino de los cualitativos.

Alejandro Silva, consejero delegado de Unipost, no puede disimular su entusiamo con un proyecto que 'no sólo va a suponer todo un hito en la historia empresarial española, sino en todo el mundo, porque no tiene nada que ver con el sistema actual de correos del Estado español ni con otros proyectos de distribución de correspondencia impulsados por el sector privado en otros países'.

Les llaman de lugares remotos como Singapur o compañías de Estados Unidos para conocer las particularidades de su experiencia, que según Silva no pretende crear un Correos privado. No quieren ofrecer 'de momento' los cuarenta productos del Correos público. 'Nuestro objetivo no son los particulares, no vamos a poner buzones en las calles, ni en los quioscos, queremos organizar todo el sector postal español para dar servicio a las empresas'.

Unipost es fundamentalmente hasta el próximo día 30 una sociedad anónima participada en un 80% por la catalana Suresa, un 10% por aragonesa Urbandisa y el 10% restante por la valenciana Flecha, todas ellas con larga experiencia en la distribución de correspondencia. Durante este mes, las 180 empresas colaboradoras repartidas por todo el territorio español decidirán si quieren vender su empresa a Unipost -con algunas ya se ha iniciado la fase de due diligences- si se incorporan al proyecto con la parte que les corresponda tras la ampliación de capital correspondiente a su valoración o si firman un acuerdo como franquiciados.

Fase de integración

Tras esta fase de integración, el próximo año estarán presentes en 1.100 localidades, desde las que alcanzarán una cobertura del 70% de la población española. A finales de 2005 esperan llegar al 80%, y en 2009, en el que se producirá la liberalización completa del correo en la Unión Europea, alcanzarán al 100% de la población.

A pesar de la larga experiencia de muchas de las empresas que participan en el proyecto, algunas con 30 años de vida, las circunstancias les han llevado a retrasar la materialización del mismo hasta los momentos actuales. Los últimos obstáculos han sido el paréntesis de un año que han sufrido como consecuancia del batacazo de Vía Postal tras las veleidades faraónicas de su promotor, Luis Sanz, y la retirada de sus socios financieros, primero la corporación IBV -Iberdrola y BBVA- y posteriormente el Banco Popular.

De cualquier manera, en septiembre de 2001 estaba ya preparado el embrión de Unipost, pero se encontraron con la quiebra de su sociedad de distribución en Madrid, Dicoma, por lo que en octubre deciden apostar fuerte por 'el escaparate madrileño' y trasladan un importante equipo a la capital del Estado para patearse las calles creando el callejero correspondiente y localizar los locales necesarios para sus centros de distribución, salvando por supuesto la ilegalidad que supondría caer en el traslado de envíos entre distintos municipios, algo prohibido por la ley para cartas hasta 350 gramos hasta el próximo año, hasta 100 gramos hasta 2006 y hasta 50 gramos hasta 2009 -véase cuadro adjunto-.

Sus intenciones eran entrar en servicio en Madrid el 1 de enero de 2002 y así lo han hecho tras una inversión de 6,3 millones de euros. A éstos seguirán durante los próximos tres años otros 7,2 millones en el incremento de la automatización de sus centros de trabajo y 13,8 millones en nuevas tecnologías, logística, transporte y publicidad.

Todo ello al margen de las reacciones que se registren por parte del organismo autónomo Correos y Telégrafos, que acaba de anunciar también un importante plan de inversiones con las que quiere introducirse en nuevos sectores como el comercio electrónico, la paquetería urgente o la venta de servicios de telecomunicaciones.

En Unipost se muestran confiados de sus ventajas competitivas y citan como ejemplo su reciente participación en la campaña de lanzamiento de un automóvil con anuncios en televisión en los que se prometía un regalo -paraguas- a todos los visitantes de un concesionario de la marca. Tuvieron que adaptar los envíos a la demanda y existencia de regalos en los lugares correspondientes para evitar colapsos y desabastecimientos, 'algo que Correos no hubiera podido hacer', señala Alejandro Silva. 'Nos involucramos mucho con los clientes y les ayudamos a evitar errores'.

Su 'agilidad' y ' flexibilidad' les da ciertas ventajas en determinados sectores que requieren envíos planificados o promociones concretas. 'Además, les ayudamos a corregir sus direcciones, a depurar sus bases de datos y le damos mucha importancia a la regularidad incluso en los momentos más difíciles como las vacaciones, ausencias, etcétera'.

Correo especial de negocios

Lejos de los ambiciosos proyectos de Vía Postal, son conscientes de sus posibilidades y limitaciones y del recorrido que pueden realizar. Han aprendido la lección que supuso la desaparición del denominado correo especial de negocios (CEN) en 1997, que había nacido pocos años antes al albur de las primeras oleadas liberalizadoras.

Su desaparición como producto y como amparo jurídico les redujo su ámbito de actuación y les obligó a concentrarse en grandes empresas de determinados sectores, fundamentalmente eléctricas, banca y distribución, desde los que quieren ir descendiendo ahora a niveles inferiores como el que suponen las pequeñas y medianas empresas, con una demanda cada vez mayor de servicios de cartas urbanas y publicidad directa.

'Estamos acostumbrados a las trincheras permanentes', señala Alejandro Silva, consciente de que la carta urbana no crece pero esperanzado en el recorrido que prersenta sin embargo la publicidad directa. 'España está muy por debajo de los niveles europeos en ese segmento. Apenas llegamos a la mitad de lo que supone, por ejemplo, en el Reino Unido.'

Otra de las bazas por las que apuestan en Unipost a la hora de planificar su desarrollo futuro es la homogeneización de las tarifas postales dentro del marco comunitario durante los próximos años. España está muy por debajo de la media, es el país más barato -véase cuadro adjunto-. Algunos países triplican los precios de los más bajos, por lo que es de esperar que, aunque no se unifiquen las tarifas, ya que los costes serán distintos, sí se producirá una aproximación importante que favorecerá a España.

Los carteros del futuro

Como en otros muchos sectores -fabricantes de automóviles, líneas aéreas-, los gurús vaticinan una importante reducción de operadores de correos en Europa durante los próximos años. En este caso en concreto señalan que serán tres los supervivientes a finales de la década. Uno de ellos, la Deutsche Post, ya ha adquirido mucha ventaja y marcha destacado en solitario. El segundo se está formando con la fusión que ya se atisba de los correos británicos y holandés, y en el tercero se sitúa la participación española, que se agrupará en torno a la Poste francesa, a la que se unirían los latinos de Italia, Portugal y España.

Para entonces, en Unipost esperan haber alcanzado ya un 22% de la cuota de mercado, una facturación superior a los 300 millones de euros y algunas alianzas que les sitúen en el segundo escalón de las grandes compañías europeas. De momento se encuentran ya analizando la reglamentación portuguesa al respecto con intenciones de incorporarse a ese mercado y estudian también las posibilidades de adquirir alguna de las siete líneas que la Royal Mail británica saca a subasta en estos meses, aunque son conscientes de que se trata de un bocado demasiado grande para sus posibilidades actuales.

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