Dos muertos al estrellarse un ultraligero después de chocar con una avioneta en Castellón

El aparato, un autogiro, cayó en la playa del Serradal, a un kilómetro del aeroclub

Dos personas murieron ayer al estrellarse el ultraligero autogiro en el que viajaban después de chocar con una avioneta. El aparato cayó en plena playa del Serradal de Castellón, desde una altura de 300 metros, lo que causó la muerte instantánea de sus dos ocupantes. La avioneta pudo llegar al aeroclub al que se dirigía, situado a un kilómetro del lugar del siniestro, donde aterrizó con sus dos ocupantes. De allí había despegado el ultraligero 15 minutos antes. Todo apunta a que ambos aparatos colisionaron en el aire y, tal como indicó el sargento de los bomberos que acudieron al lugar, 'cayó ...

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Dos personas murieron ayer al estrellarse el ultraligero autogiro en el que viajaban después de chocar con una avioneta. El aparato cayó en plena playa del Serradal de Castellón, desde una altura de 300 metros, lo que causó la muerte instantánea de sus dos ocupantes. La avioneta pudo llegar al aeroclub al que se dirigía, situado a un kilómetro del lugar del siniestro, donde aterrizó con sus dos ocupantes. De allí había despegado el ultraligero 15 minutos antes. Todo apunta a que ambos aparatos colisionaron en el aire y, tal como indicó el sargento de los bomberos que acudieron al lugar, 'cayó el más débil'.

Según explicaron ayer fuentes del aeroclub, el piloto de la avioneta relató que hacia las 12.45, cuando realizaba maniobras de aterrizaje, el autogiro le 'entró' por un punto ciego y el rotor de éste chocó contra el plano izquierdo de la avioneta, en un punto muy cercano al depósito de combustible. Los dos ocupantes del autogiro, que había salido 15 minutos antes del aeroclub de Castellón, eran expertos y estaban acostumbrados a volar tanto en este tipo de aparatos como en otros ultraligeros.

De hecho, uno de los fallecidos, Vicente Miralles, de 36 años y vecino de Vila-real, era ampliamente conocido entre los aficionados a este tipo de vuelos por su maestría. El otro, Vicente Blay, de 50 años, de Castellón, también tenía una amplia experiencia en el pilotaje de ultraligeros. En cuanto a los ocupantes de la avioneta, de momento, sólo ha trascendido que se trata de un matrimonio alemán que había salido de las Islas Baleares con destino a Castellón.

La colisión se produjo en el área conocida como circuito de aterrizaje, ámbito en el que los aparatos realizan maniobras antes de tomar tierra. Las avionetas reciben de la torre de control la autorización para aterrizar. En el caso de la accidentada, debía entrar a la pista 1.8. Las órdenes y autorizaciones que se envían a los aparatos con fuselaje son conocidas por el resto de aparatos, a los que llegan a través de una emisora de radio, con el fin, precisamente, de que no se produzcan colisiones y accidentes. Los autogiros son los únicos ultraligeros que no llevan paracaídas de seguridad ya que las grandes hélices que tienen acabarían con sus hilos.

El accidente causó una columna de humo visible desde toda la playa. Los bomberos hallaron uno de los cuerpos en el habitáculo que, en ese momento, aún ardía. El otro cuerpo salió despedido a causa del impacto.

La juez de guardia, que dictó el levantamiento de los cadáveres, ha iniciado una investigación para determinar las causas del siniestro, ocurrido en plena playa, en una jornada de calor y en un punto muy cercano a una vía muy concurrida. La zona está poblada de apartamentos y viviendas unifamiliares. El traslado del aeroclub, que actualmente se encuentra en una zona plenamente urbanizada, ha sido reclamada de forma continua y se llevará a cabo, según se ha anunciado, cuando esté construido el futuro aeropuerto.

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Un agente contemplaba con otras personas los restos del ultraligero autogiro accidentado en la playa del Serradal de CastellónMÒNICA TORRES

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