Crítica:

Irónica seriedad

El discurso crítico de Pierrick Sorin se expone en Barcelona. El artista francés recurre al humor de lo cotidiano, la crítica de la tecnología desde su empleo artesanal y un deseo de utilizar la experimentación para lograr un planteamiento diáfano en un conjunto de videoinstalaciones que simulan ser parte integrante de su propia casa.

Pierrick Sorin realiza una doble pirueta artística que converge en un único discurso lleno de significaciones. El videoartista francés utiliza la ironía para realizar un divertido y acertado retrato de las ampulosidades conceptuales del arte contemporáneo, pero lo que marca diferencias con cualquier otro discurso crítico procedente del propio mundo del arte es que Sorin se involucra en la investigación del lenguaje videográfico aportando a la virtualidad de las imágenes un sentido plástico, matérico y de relación con el espacio real. Su obra se compone básicamente de videoinstalaciones en las ...

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Pierrick Sorin realiza una doble pirueta artística que converge en un único discurso lleno de significaciones. El videoartista francés utiliza la ironía para realizar un divertido y acertado retrato de las ampulosidades conceptuales del arte contemporáneo, pero lo que marca diferencias con cualquier otro discurso crítico procedente del propio mundo del arte es que Sorin se involucra en la investigación del lenguaje videográfico aportando a la virtualidad de las imágenes un sentido plástico, matérico y de relación con el espacio real. Su obra se compone básicamente de videoinstalaciones en las que él mismo participa de manera activa. Sorin interpreta diversas tipologías de artistas, recurso que le sirve para desmitificar ciertos devaneos intelectuales del arte contemporáneo. Pero su tratamiento es afectuoso, ya que es él mismo quien continuamente se cuestiona su propio trabajo que no puede desvincularse del discurso artístico contemporáneo. También trata de dar la vuelta a aspectos relacionados con el arte como son su tratamiento informativo en los medios de comunicación; el papel de los museos y el propio público al que distribuye por medio de monitores a lo largo de la exposición.

PIERRICK SORIN

Caixaforum. Avenida del Marqués de Comillas, 6-8. Barcelona Hasta el 5 de enero de 2003

Porque parodia y seriedad se unen en cada una de las piezas de Sorin. Cuando presenta un falso documental sobre intervenciones artísticas en espacios públicos de Nantes, Sorin ironiza, pero no caricaturiza. El discurso que plantea podría ser perfectamente asumible por el espectador si no supiera éste que bajo las pelucas de los supuestos artistas internacionales se encuentra él mismo. Sus cualidades interpretativas se sitúan entre el humor de Harold Lloyd y el de Benny Hill.

La exposición que presenta Caixaforum, producida por la Fundación Cartier de París, es como suele ser habitual en los montajes de Sorin un recorrido por su propio supuesto domicilio en el que cada espacio representa en cierta manera un habitáculo del hogar que a la vez es una manera de expresar sus diferentes registros de interés. De ahí el nombre de la exposición Avenida del Marqués de Comillas, 6-8. 08038. Barcelona, auténtica dirección del centro artístico. Se trata de una exposición a la que se puede aplicar un calificativo que suele ser maldito en la moderna creación: entretenida.

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