Crítica:TEATRO | 'EDIPO XXI'

Una emoción breve

Ahora se hace mucho en el teatro mundial: tomar un gran tema y resumirlo, reducirlo. En la inteligencia de quien lo hace está que sea válido o no. La que tiene Lluís Pasqual sirve para meter en una hora y veinticinco minutos dos Edipos de Sófocles, fragmentos de Prometeo encadenado de Esquilo, Antígona de Eurípides y hasta una crónica de Jean Genet sobre los asesinatos de refugiados árabes en Chatila. Allá los moralistas a quienes esto parezca impúdico y sus sentencias de 'esto no se puede hacer'. Sí, se puede hacer, y se hace, y esta manera de hacerlo de Lluís Pasqual es ...

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Ahora se hace mucho en el teatro mundial: tomar un gran tema y resumirlo, reducirlo. En la inteligencia de quien lo hace está que sea válido o no. La que tiene Lluís Pasqual sirve para meter en una hora y veinticinco minutos dos Edipos de Sófocles, fragmentos de Prometeo encadenado de Esquilo, Antígona de Eurípides y hasta una crónica de Jean Genet sobre los asesinatos de refugiados árabes en Chatila. Allá los moralistas a quienes esto parezca impúdico y sus sentencias de 'esto no se puede hacer'. Sí, se puede hacer, y se hace, y esta manera de hacerlo de Lluís Pasqual es muy buena. Lo peor es cuando la moda alcance a los falsos, a los que viven de copiar otros textos y otras palabras. Si lo hacen, ya se les dirá lo necesario.

Edipo XXI

De Lluís Pasqual sobre textos de Eurípides, Sófocles, Esquilo, Jean Genet. Intérpretes, Alfredo Alcón, Raúl Pazos, Andreu Benito, Jesús Castejón, Francesc Garrido, Pep Guinyol, Teresa Lozano, Vicky Peña. Vestuario y máscaras, Renata Schussheim. Espacio escénico, iluminación y dirección, Lluís Pascual. Teatro Albéniz. Festival de Otoño.

El arte de Pasqual está en contar bien la historia, en mantener las poesía trágica, a veces terrible, en los textos -quizá el mas hermoso y el mejor dicho el de Vicky Peña- Antígona y Jocasta, la madre y la hija de Edipo en dos momentos para cerrar la obra. La escenificación es muy sencilla: unos biombos de tela metálica ondulada. Un andamiaje tras ellos, y los actores hablando a veces desde el patio de butacas. Son pocos, y todos doblan sus papeles excepto Edipo, Alfredo Alcón. Fue el menos dado a llevar la voz al tono de tragedia, quizá porque el director ve en él todo el tiempo al hombre que sufre y que se aparta.

Tuvieron éxito. Aunque su estancia en este festival es breve, espero y deseo que haya otras ocasiones de ver esta versión fuera del festival.

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