Entrevista:MODESTO LOMBA | TROTAMUNDOS | AIRE LIBRE

De compras en Colette

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Dónde podría imaginarse a un diseñador? En París, claro. Llamada al móvil y premio. Allí está. ¿Trabajo o placer?

Ambas cosas. En esta ciudad siempre mezclo lo personal con lo profesional.

¿Dónde le pillo?

De compras en Colette. Una tienda que nadie debería perderse. Todo el que quiera ver el último diseño en vasos, zapatos, los discos más modernos, exposiciones... cualquier cosa, pero lo último de lo último debe pasar por aquí, por este museo de la vanguardia de los objetos en el 213 de la Rue Saint-Honoré.

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Dónde podría imaginarse a un diseñador? En París, claro. Llamada al móvil y premio. Allí está. ¿Trabajo o placer?

Ambas cosas. En esta ciudad siempre mezclo lo personal con lo profesional.

¿Dónde le pillo?

De compras en Colette. Una tienda que nadie debería perderse. Todo el que quiera ver el último diseño en vasos, zapatos, los discos más modernos, exposiciones... cualquier cosa, pero lo último de lo último debe pasar por aquí, por este museo de la vanguardia de los objetos en el 213 de la Rue Saint-Honoré.

Y cuando termina su ruta de trabajo, ¿a qué lugar recomienda que vaya el neófito en la capital francesa?

Sin dudarlo, a un restaurante que se llama Georges y que está en la azotea del Centro de Arte Georges Pompidou. Son tres ballenas pintadas de colores y no tiene desperdicio. Tanto el local como la comida y las vistas de París son para no perdérselos.

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Parece usted un guía turístico a la última.

Pues cuando viajo por placer, normalmente voy a la aventura, sin planificar nada. Es la mejor forma de conocer sitios nuevos.

¿Y dónde hay que perderse en París?

En la zona del Marais, y por otras poco turísticas, pero que enseñan su verdadera vitalidad. Yo vengo mucho a esta ciudad, un mínimo de dos veces al año, aunque generalmente son más. Nunca te decepciona.

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