Entrevista:Carlos Álvarez | MÚSICA

'En la ópera ya no sirven las dictaduras'

El imparable ascenso internacional del barítono malagueño Carlos Álvarez tiene color verdiano. Aunque sigue compaginando diversos repertorios -disfruta cantando Mozart y no piensa abandonar el mundo belcantista-, los grandes personajes de Giuseppe Verdi cobran cada vez mayor protagonismo en su carrera. Ahora regresa a España para afrontar un nuevo reto verdiano: interpretar por primera vez en escena al malvado Yago en Otello, la obra que abre la temporada del teatro Maestranza de Sevilla, bajo la batuta de Jesús López Cobos. El tenor estadounidense Frank Porretta, que realiza su debú en...

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El imparable ascenso internacional del barítono malagueño Carlos Álvarez tiene color verdiano. Aunque sigue compaginando diversos repertorios -disfruta cantando Mozart y no piensa abandonar el mundo belcantista-, los grandes personajes de Giuseppe Verdi cobran cada vez mayor protagonismo en su carrera. Ahora regresa a España para afrontar un nuevo reto verdiano: interpretar por primera vez en escena al malvado Yago en Otello, la obra que abre la temporada del teatro Maestranza de Sevilla, bajo la batuta de Jesús López Cobos. El tenor estadounidense Frank Porretta, que realiza su debú en Europa, y la soprano armenia Hasmik Papian, con una amplia experiencia verdiana, encarnan al moro de Venecia y a Desdémona en el montaje de Nicolas Joel.

'El personaje de Yago es un bombón para un cantante y me encanta interpretarlo por primera vez en escena en el Maestranza y hacerlo bajo la dirección de Jesús López Cobos. El deseo de trabajar con él fue determinante a la hora de aceptar esta propuesta', comenta el barítono malagueño en una entrevista telefónica realizada horas antes de su última función de Rigoletto en el Covent Garden. 'Cuando canté por primera vez Rigoletto, en el Teatro Real, terminé la función exhausto. Ahora en el Covent Garden, al acabar cada representación, siento aún la necesidad de seguir cantando. Es increíble ver cómo los personajes maduran en tu interior y cuanto más los cantas mejor te encuentras'.

Voz flexible, bella y potente, técnica precisa, instinto teatral y temperamento. Son armas -esenciales para triunfar en el universo verdiano- que Carlos Álvarez pone al servicio de cada personaje con generosidad desbordante, dejándose la piel en el escenario tras un minucioso estudio de la partitura. 'Desde el punto de vista dramático, cada vez tengo más claro que todos los matices del personaje están en la partitura. Yago está fabulosamente perfilado en la ópera, y sabemos que Verdi estuvo mucho tiempo barajando la idea de ponerle su nombre como título, en lugar de Otello'.

Tras las cuatro funciones sevillanas -Otello estará en cartel del 24 al 1 de noviembre-, Álvarez seguirá lidiando con grandes personajes verdianos. En el teatro Cervantes de Málaga cantará Rigoletto bajo la dirección de Daniel Lipton los días 8 y 10 de noviembre, con Isabel Rey y José Sempere como compañeros de reparto. Y afrontará seguidamente otro imponente debú verdiano: el Conde de Luna de Il Trovatore, personaje con el que regresará en noviembre al Metropolitan Opera House de Nueva York tras seis años de ausencia. 'Me encantan los desafíos y el Conde de Luna es el máximo reto vocal para un barítono verdiano por su tesitura'.

Álvarez reconoce que des-

de el punto de vista teatral, Il trovatore es una ópera poco estimulante para los cantantes a los que les gusta trabajar escénicamente con personajes más complejos. 'No se puede hacer casi nada porque el canto exige tanta atención que a veces la acción queda disimulada. Es una ópera muy intimista en la que los personajes expresan sentimientos y el movimiento escénico se produce alrededor de ellos', afirma.

Belleza y bravura vocal se dan cita en uno de los títulos más representados en la historia del legendario coliseo lírico estadounidense. 'Si lees la historia del Metropolitan, una importante parte de su legado verdiano tiene como protagonista a Il trovatore, que ha sido interpretado por los cantantes más famosos de todos los tiempos. Eso impone respeto, pero también añade emoción a mi regreso'.

Asegura que en estos momentos, con la carrera viento en popa, le apetece 'profundizar' en los personajes que ya domina, buscando nuevos matices. 'Antes había una generación de cantantes excesivamente pendientes de las tradiciones, pero ahora cada vez se impone más un trabajo crítico con esas tradiciones por parte de cantantes y directores de orquesta. 'La ópera es un trabajo de equipo en el que cada uno tiene una interdependencia absoluta, ya no sirven las dictaduras; sólo necesitas conocer la partitura, tener las ideas claras y encontrar un espíritu abierto, diálogo y consenso a la hora de ensayar una obra'.

El barítono malagueño Carlos Álvarez, en el Real.CLAUDIO ÁLVAREZ

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