Columna

Todos los misterios

A las nueve, baja a la farmacia del chaflán a tomarse la tensión y percibe la lividez del boticario. El boticario no es un vendedor de específicos, sino un amigo de la adolescencia, un compañero de pupitre y una lumbrera en fórmulas magistrales. Viéndolo tan abatido, le pregunta que qué le ocurre. El boticario murmura: Mi hijo, se casó el viernes, ya sabes, y se fue a Bali, de luna de miel. Ambos sufren un escalofrío, en la rebotica de agua de laurel. ¿Entonces? Pendiente del teléfono, aunque las noticias no son inquietantes. Mira los informes de los servicios de inteligencia de la Administrac...

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A las nueve, baja a la farmacia del chaflán a tomarse la tensión y percibe la lividez del boticario. El boticario no es un vendedor de específicos, sino un amigo de la adolescencia, un compañero de pupitre y una lumbrera en fórmulas magistrales. Viéndolo tan abatido, le pregunta que qué le ocurre. El boticario murmura: Mi hijo, se casó el viernes, ya sabes, y se fue a Bali, de luna de miel. Ambos sufren un escalofrío, en la rebotica de agua de laurel. ¿Entonces? Pendiente del teléfono, aunque las noticias no son inquietantes. Mira los informes de los servicios de inteligencia de la Administración Bush, ¿los conoces? Textualmente dicen: 'Los accidentes en moto de alquiler constituyen la principal causa de muerte entre los visitantes extranjeros de Bali'. Y mi hijo aborrece las motos, lo que es un consuelo, ¿ no te parece?

El matemático regresa a su casa hecho un lío, se planta frente al encerado, toma una tiza y escribe un sistema con más incógnitas que ecuaciones: discoteca balinesa en vuelo rasante; Al Quaeda a la enésima potencia; espectrales motocicletas asesinas; icono de Bin Laden; francotirador en furgona de Washington; asesores pluriempleados de La Moncloa; fragantes montaditos de crudo iraquí; cuchicheos en la Casa Blanca del genocida Ariel Sharon; general estadounidense de cuatro estrellas tomándole el turno a Sadam Husein. Al matemático le pega el vértigo y concluye que ha alcanzado a Fermat: no encuentra solución alguna, aunque sí infinitas ratoneras. El planeta se le ha puesto perdido de enigmas, de misterios, de infiernos. Hasta Karol Wojtyla se suma a tan siniestra globalización, dándole a las cuentas del rosario: a los 15 misterios tradicionales, les ha agregado otros cinco: los misterios de luz, es decir, la modernidad mariana.

El matemático se percata de que estas mudanzas, se resuelven en dos: obedecer a Bush sobre todas las cosas, y contar cuentas del rosario, mientras otros te cuentan la paga. Baja corriendo a la farmacia del chaflán, se toma la tensión y pide una ambulancia. Pero qué tipo tan cumplido.

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