Columna

La resaca

El ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, ha tenido la amabilidad de regresar a Valencia en fecha tan señalada como el Nou d'Octubre para recibir la Alta Distinción de la Generalitat con que ha tenido a bien recompensarle el Consell que él presidió hasta no hace mucho. Los méritos que justifican tan importante distinción son los de haber liderado durante siete años 'un periodo en el que la Comunidad ha tenido un gran desarrollo y protagonismo como una de las más emprendedoras y dinámicas de las regiones europeas'. ¡Ahí queda eso! Malas lenguas han apuntado que el motivo no era otro que agradece...

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El ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, ha tenido la amabilidad de regresar a Valencia en fecha tan señalada como el Nou d'Octubre para recibir la Alta Distinción de la Generalitat con que ha tenido a bien recompensarle el Consell que él presidió hasta no hace mucho. Los méritos que justifican tan importante distinción son los de haber liderado durante siete años 'un periodo en el que la Comunidad ha tenido un gran desarrollo y protagonismo como una de las más emprendedoras y dinámicas de las regiones europeas'. ¡Ahí queda eso! Malas lenguas han apuntado que el motivo no era otro que agradecerle, por parte de los miembros del Consell, el haberles nombrado en su día ministros de su gobierno. Así empezaron los actos con motivo de la fiesta del día de la Comunidad. Luego vino lo de siempre. La llamada procesión cívica acompañando la senyera desde el Ayuntamiento al Parterre. Parece ser que hubo sus más y sus menos entre la alcaldesa y los concejales socialistas a la hora de saber quién tendría que portar la enseña. Es decir, la senyera que en mayo del 39 presidió la misa a la que acudió el general Franco, con motivo de celebrar el primer desfile de la victoria al final de la guerra civil, que tuvo lugar en Valencia, no en Madrid como algunos creen. El desfile en Madrid fue en junio, un mes después. A Franco se le regaló un facsímil de la senyera y el Caudillo prometió que la guardaría siempre en su corazón.

Y a continuación se inició la procesión que fue acompañada de insultos por el movimiento blaverista. Como siempre desde 1977. Sólo que en este caso, los destinatarios del furor del bunker barraqueta fueron el profesor Grisolía (¡!) y el profesor Ferrando Badía. Grisolía, no sé por qué. Ferrando Badía, sí; había alentado el movimiento reaccionario blavero hace unos años. Y ahora ha sido víctima de sus cachorros. Justo castigo a su perversidad. La policía tuvo que proteger a la comitiva. Rita Barberá y el ex presidente Zaplana dicen que hicieron el siguiente comentario: 'Ellos solos se descalifican'. ¡Vaya por Dios! Sic transit gloria mundi. O sea, cría cuervos y te sacarán los ojos. ¡Hasta el año que viene!

fburguera@inves.es

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