"Pido respeto, lo merezco"

Dos títulos mundiales, 162 carreras disputadas -más que nadie en la historia-; 24 triunfos, sólo superado por Colin McRae... Carlos Sainz (Madrid, 1962) ha amenazado con la retirada si Ford, o el equipo que le contrate, no pone en sus manos un coche competitivo, lo que esta temporada no ha ocurrido. Tras 16 años en activo, y cuando los buenos tiempos quedan lejos, el piloto español asegura que sigue en activo para luchar con los mejores, aunque en los últimas cuatro ediciones del Mundial de rallys sólo haya conseguido dos victorias.

Pregunta. Se cumplen 10 años de su segundo títu...

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Dos títulos mundiales, 162 carreras disputadas -más que nadie en la historia-; 24 triunfos, sólo superado por Colin McRae... Carlos Sainz (Madrid, 1962) ha amenazado con la retirada si Ford, o el equipo que le contrate, no pone en sus manos un coche competitivo, lo que esta temporada no ha ocurrido. Tras 16 años en activo, y cuando los buenos tiempos quedan lejos, el piloto español asegura que sigue en activo para luchar con los mejores, aunque en los últimas cuatro ediciones del Mundial de rallys sólo haya conseguido dos victorias.

Pregunta. Se cumplen 10 años de su segundo título Mundial, el que logró en el 92. Por entonces se decía de usted que era el Michael Jordan de los rallys. Le llamaban El Matador. No sé si le apetece más celebrar esa fecha o lamentarse por lo que le viene ocurriendo.

Si en mi propio país hay gente que se ríe de las desgracias que he tenido es un estúpido
He corrido más que nadie, he ganado dos títulos... Y aún se dice que tengo gafe. Pues menudo gafe
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Respuesta. Pues yo creo que hay más motivos para estar contento. Este año las cosas no han ido especialmente bien, pero no sólo para mí. Este año sólo le ha ido bien a Peugeot. El año pasado llegué a la ultima carrera con posibilidades de ganar el Mundial... Con eso quiero decirle que han pasado 10 años, sí, pero yo sigo estando ahí, y las marcas, que son el termómetro para saber si eres competitivo o no, saben lo que valgo. Si después de 10 años de tanto desgaste, tanta tensión, tan poco tiempo de descanso, sigo estando ahí pues es un motivo de satisfacción.

P. Ya. Pero usted declaró en alguna ocasión que no sabía llegar segundo. Se supone que ya habrá aprendido.

R. Eso tiene una lectura muy sencilla. Uno no corre para llegar segundo. Yo trato de ganar. Y lo sigo tratando hoy igual que hace diez años. Pero fíjese que en un país como Inglaterra, el primer campeón del mundo lo ha tenido el año pasado. Italia tuvo uno y de momento no tiene ni visos de que aparezca otro piloto. Alguien tan reconocido como Colin McRae ha ganado un solo campeonato del mundo. Es que no es fácil. Y ganar dos Mundiales, y hacer cuatro subcampeoantos y todo lo que he conseguido hasta ahora no es sencillo. Pero una vez que has ganado todo lo que no sea ganar no vale. El día que yo esté en un rally y no piense en ganar pues me quedo en mi casa. Este año ha sido un poco frustrante porque ha habido un dominio absoluto de Peugeot.

P. Pero no sólo este año. En 2000 ganó una carrera, en Chipre, cuando llevaba 775 días sin conseguir una victoria. Y para que llegara su siguiente victoria, en Argentina, tuvieron que pasar 20 meses.

R. ¿Va a seguir insistiendo con este tema?

P. Lo que hago es preguntarle por qué ya no gana.

R. Pues mire, Richard Burns, que es campeón del mundo, ha estado un año sin ganar una carrera. Ahora se vive la época dorada de Peugeot y los demás no ganamos. Yo he luchado por vencer, y también este año. Mire el año de Makinnen. ¿Quién duda de Makinnen? Pues está séptimo en el Mundial. Su temporada ha sido un desastre. Desafortunada o afortunadamente, aquí dos más dos no son cuatro.

P. ¿Sabe con qué coche va a correr la próxima temporada?

R. No.

P. Lo cierto es que tampoco lo debe ver usted muy claro cuando ha dicho que si no tiene un buen coche se retira.

R. Y en la época del Ford Escort también estuve un porrón de tiempo sin ganar y no se decía nada. Pero debe estar de moda decir que debo abandonar. Yo no tengo ninguna necesidad de correr. Tengo la motivación necesaria y creo que puedo estar con los mejores.

P. ¿Se siente reconocido?

R. Sí. Lo que pasa es que hay gente que se olvida muy rápido de las cosas y que habla sin saber. Y opina sin haber ido en su vida a un rally, a una carrera. Yo no me atrevo a opinar de béisbol. He ganado más carreras que nadie, tengo un porcentaje de podios que no tiene nadie... Pero esos datos me dan igual. La gente debería conocerlos antes de hablar. Pero lo que me importa es que las marcas quieren que siga corriendo porque creen que soy uno de los mejores pilotos del mundo. A mí no me va a retirar la gente. Lo único que pido es respeto a toda mi carrera. Porque creo que lo merezco.

P. Usted suele decir que si está cómodo en un coche no es fácil que le ganen. No debe estar muy cómodo en el Ford Focus.

R. Ya. Pero ocurre que McRae en San Remo perdía un segundo por kilómetro, medio con respecto a mí. No estaba cómodo, no era su día, ni su rally. Eso la gente no lo ve. Dicen, ¡qué mala suerte tiene Carlos Sainz! Y el resto, ¿qué? En los rallys pasan muchas cosas, pero no sólo a mí.

P. Lo habitual, sin embargo, es hablar de usted porque se ha chocado con una oveja, o con un reno. Y eso provoca risas. Se llegó a hablar del gafe de Carlos Sainz.

R. ¡Menudo gafe! Dos veces campeón del mundo, cuatro subcampeonatos... Si no hubiera tenido gafe me habría salido del mapa. Yo no tengo nada que ver si se se rompe un manguito. O si se me apague el coche y estoy dos minutos y medio parado. Eso no es culpa mía. La gente, algunos, sólo ven lo que quieren. Pero yo no me quejo del trato que he recibido.

P. Usted habrá tenido alguna vez culpa de algo, ¿no?

R. Claro. No soy perfecto. Me he equivocado y lo he reconocido. Ahora se ve enseguida cuando un piloto se equivoca.

P. Hombre, cuando se le rompió el coche a 300 metros de la meta, en Inglaterra, aquella vez que iba a ganar el Mundial, se dijo que era usted el campeón del mundo de la mala suerte.

R. La famosa escena, sí. Bueno, pues fue una biela que se rompió. A mi compañero de equipo por entonces, que era Gronholm, le pasó lo mismo dos días antes. La mala leche es que a mí me ocurrió al borde de la meta y jugándome el Mundial.

P. Podía haber tirado la toalla entonces. Porque no ha levantado cabeza. Y lo que queda es la repetición de la escena de marras, con Luis dando patadas al coche, en cualquier programa de vídeos que se precie.

R. Soy consciente de que hay gente que se queda con eso y olvida un montón de cosas, porque en el deporte español no creo que haya momentos de tanta desgracia. Pero si de 16 años que llevo corriendo alguien sólo se queda con eso, pues qué le vamos a hacer. Yo no voy a luchar contra esa opinión. Al contrario. Me considero un afortunado del deporte en este país. A cualquiera le deseo que tenga la mala suerte que yo he tenido.

P. Y a sus 40 años, ¿no está cansado de todo esto? Hubo un año donde declaró que sólo había dormido 16 días en su casa.

R. Llegará el día en que lo deje, claro. Si no es este año será al siguiente. Tengo mujer, tres hijos... Recuerdo que cuando nació el primero hubo quien dijo que ya no ganaría más carreras. Sé que me juego la vida en cada carrera y que mi retirada llegará. Pero quiero retirarme estando arriba del todo. Soy inteligente y sabré dejarlo.

P. Podría quedar como el Ballesteros de los rallys, que le inviten a correr por ser usted quien es.

R. Tengo mucho respeto por Seve. Seguro que se entrena y que él quiere ganar. Pero es distinto. Yo he estado hasta hace pocas fechas segundo en el Mundial. No me considero más listo que nadie. Pero tampoco más tonto.

P. El otro día, en un programa de televisión, La noche de Fuentes y cia, un presentador decía: 'Tras el verano, volvemos a arrancar, no como el coche de Carlos Sainz'.

R. Si alguien quiere sacar punta siempre lo hará. Reírse de las desgracias ajenas es lo más fácil del mundo. No tener respeto es, además de fácil, ruín. Si en mi propio país hay gente que hace risas de esas cosas, pues es un estúpido.

P. ¿Pero le molesta?

R. Creo que ya le he contestado a esa pregunta.

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