Columna

Asuntos viejos

Volver es, si de política nos toca hablar y es el caso, reencontrarse con viejos asuntos como el de la ya famosa confrontación entre el Gobierno central y la Junta de Andalucía. Javier Arenas se reunirá esta semana con el presidente de la Junta, Manuel Chaves, en medio de un cierto clima de deseo de entendimiento, que no quiere decir necesariamente de acuerdo inmediato sobre todos los asuntos sobre los que el Gobierno se ha venido haciendo el sordo, alguno, por cierto, prometido y comprometido por el propio Arenas siendo ministro de Trabajo, referido a las transferencias de las políticas activ...

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Volver es, si de política nos toca hablar y es el caso, reencontrarse con viejos asuntos como el de la ya famosa confrontación entre el Gobierno central y la Junta de Andalucía. Javier Arenas se reunirá esta semana con el presidente de la Junta, Manuel Chaves, en medio de un cierto clima de deseo de entendimiento, que no quiere decir necesariamente de acuerdo inmediato sobre todos los asuntos sobre los que el Gobierno se ha venido haciendo el sordo, alguno, por cierto, prometido y comprometido por el propio Arenas siendo ministro de Trabajo, referido a las transferencias de las políticas activas de empleo, sobre las que parece volver a estar dispuesto a trabajar, además de anunciar la 'voluntad política' del Gobierno de llegar a un acuerdo sobre la deuda.

Sería estimulante ver que cambian las cosas entre el Gobierno y la Junta, protagonistas de un largo desencuentro que en nada beneficia a la confianza necesaria en las instituciones. En cuanto a si el encuentro en San Telmo va a suponer, o no, acuerdos concretos inmediatos sobre los muchos asuntos pendientes con Andalucía, sería mucho arriesgar apostar que se vayan a producir, y eso que incluso al PP andaluz le vendría bien un gesto por parte de Madrid con la Junta, para poder aliviarse de los perjuicios electorales que le supone la percepción mayoritaria de que el Gobierno trata mal a Andalucía. De momento, Arenas se muestra dispuesto a reconquistar su título madrileño de 'ministro campeón', campeón del diálogo por supuesto. Veremos hasta dónde llega su voluntad y las ganas del Gobierno de que las cosas cambien con respecto a su deuda con Andalucía. Esto sobre lo político, porque con respecto a lo social tampoco es nuevo, por más que los sucesos de agosto lo hayan puesto tan evidentemente delante de las narices de todo el mundo, que hay barriadas en Sevilla, como en cualquier ciudad, que necesitan, y siempre ha sido urgente, que se afronte seriamente, es decir, eficazmente, el problema de la inseguridad ciudadana provocada, por encima de cualquier otra circunstancia, por las carencias que alejan a tantos jóvenes del favor de la integración social. Asunto este también de insistente y lamentable repetición, cuestiones de orden público y sucesos puntuales aparte.

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