CARTAS AL DIRECTOR

Opulencia

Si una sociedad, de la que formo parte, contempla sin rubor el que se hable con naturalidad de una fortuna personal, la del rey saudí Fahd, superior a los 30.000 millones de euros, y que tal superhombre, durante su estancia de un periodo mensual en el ámbito marbellí, ocasionará un gasto no inferior a los 100 millones, también de euros, es que algo realmente grave discurre por las venas de la que podría ser sensibilidad humana, ética, social.

Claro que su 'generosidad' no parece tener límites: salarios temporales muy por encima de los convencionales, donativos varios a diversas instituc...

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Si una sociedad, de la que formo parte, contempla sin rubor el que se hable con naturalidad de una fortuna personal, la del rey saudí Fahd, superior a los 30.000 millones de euros, y que tal superhombre, durante su estancia de un periodo mensual en el ámbito marbellí, ocasionará un gasto no inferior a los 100 millones, también de euros, es que algo realmente grave discurre por las venas de la que podría ser sensibilidad humana, ética, social.

Claro que su 'generosidad' no parece tener límites: salarios temporales muy por encima de los convencionales, donativos varios a diversas instituciones locales... Hasta puede, se dice, que salve (qué palabreja) el año turístico de Marbella, en otro caso débil. ¡Qué vergüenza!

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