CARTAS AL DIRECTOR

Lechago también existe

El ministro Matas ha venido a Calatayud a anunciar el inicio de las obras del pantano de Lechago. Una vez más, una realidad virtual que sólo existe en los planos. Los miembros de la Asociación de Amigos de Lechago estamos muy indignados por la actitud institucional de menosprecio hacia nuestro pueblo.

¿Por qué no ha venido a Lechago a informar? No es de recibo que se anuncie la construcción de un pantano ignorando a los más afectados. Ni siquiera se ha invitado al alcalde pedáneo de Lechago, al alcalde de Calamocha o a los representantes de las diversas asociaciones existentes. Pues bie...

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El ministro Matas ha venido a Calatayud a anunciar el inicio de las obras del pantano de Lechago. Una vez más, una realidad virtual que sólo existe en los planos. Los miembros de la Asociación de Amigos de Lechago estamos muy indignados por la actitud institucional de menosprecio hacia nuestro pueblo.

¿Por qué no ha venido a Lechago a informar? No es de recibo que se anuncie la construcción de un pantano ignorando a los más afectados. Ni siquiera se ha invitado al alcalde pedáneo de Lechago, al alcalde de Calamocha o a los representantes de las diversas asociaciones existentes. Pues bien, ante esta situación, un grupo de lechaguinos hemos ido a este acto y no sólo no se nos ha permitido entrar al lugar en donde se supone que se estaban dando las correspondientes explicaciones, sino que incluso hemos sido zarandeados, insultados y vejados cuando hemos exhibido a la entrada del Ayuntamiento nuestra pancarta: 'Lechago no se rinde. Aragón, tampoco'. Gracias a la protección de los efectivos de la Policía Nacional y Municipal no hemos sido agredidos.

Ante esta situación, manifestamos a la opinión pública nuestro sentimiento de desamparo por parte de nuestros representantes municipales, autonómicos y nacionales. ¿Acaso Lechago no es parte de Aragón? ¿Porque somos pocos no tenemos derecho ni siquiera a conocer el futuro que otros deparan a nuestro pueblo? Por no poder, ni siquiera podemos reclamar información. Con esta actitud prepotente, ¿cómo vamos a confiar en las promesas? Y lo peor de todo es que a pesar de nuestra actitud pacífica (como pueden constatar los medios de comunicación y las fuerzas de orden público), otros aragoneses nos tildan de radicales, rompen nuestras pancartas y ahogan violentamente la voz de los que reclamamos justicia para Lechago y para aquellos otros que sufren los mismos atropellos.

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