CULTURA Y ESPECTÁCULOS

Japón, protagonista en el Cante de las Minas

Pregonera japonesa, por primera vez en la historia de este festival. Yoko Komatsubara es mujer de gran prestigio, en su país y en todos aquellos lugares donde se la conoce como bailarina y promotora de espectáculos flamencos, desde hace 40 años, cuando conoció el arte andaluz y enloqueció por él.

Su pregón fue sencillo, condicionado obviamente por la dificultad para expresarse en nuestro idioma. Hizo una breve síntesis de su relación con el flamenco, concluyendo que cuando el arte es verdadero las fronteras desaparecen. Se mostró emocionada por el alto honor que en La Unión se le hacía,...

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Pregonera japonesa, por primera vez en la historia de este festival. Yoko Komatsubara es mujer de gran prestigio, en su país y en todos aquellos lugares donde se la conoce como bailarina y promotora de espectáculos flamencos, desde hace 40 años, cuando conoció el arte andaluz y enloqueció por él.

Su pregón fue sencillo, condicionado obviamente por la dificultad para expresarse en nuestro idioma. Hizo una breve síntesis de su relación con el flamenco, concluyendo que cuando el arte es verdadero las fronteras desaparecen. Se mostró emocionada por el alto honor que en La Unión se le hacía, y supo transmitir esa emoción.

Una amiga suya, Yoshinori, tocó y cantó shamisen, la música con la que Yoko convivió desde niña; después, dos de sus alumnas, Tomoko y Kaori, bailaron por alegrías.

El Japón, pues, se erigió en protagonista de la noche del pregón oficial, con toda justicia puesto que en aquel país el flamenco tiene una gran presencia. Y de ello tiene mucha culpa esta Yoko Komatsubara, quien terminó su parlamento expresando gratitud al flamenco por la vida que le ha dado incluso en los momentos más penosos de su existencia.

La noche terminó con la actuación de los ganadores del año 2001, el cantaor Niño de Olivares, el tocaor Niño de la Era y el bailaor Rafael del Carmen.

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