Una moda sin freno

El rugido proviene de una especie de tanque, o de avión, o de ovni, o de algo, que circula rápido, pero no tan rápido como para que el transeúnte no tenga tiempo de alucinar con el vehículo y contemplar sus detalles. Y éstos son: alerones tipo nave espacial; unas ruedas estilo Ferrari; luces de neón y pestañas en los faros; pintura metalizada tipo Terminator; cromados por doquier, estilo coche de cantante de hip-hop; y, claro, los altavoces: unas pantallas de sonido que con cada golpe de ritmo hacen que se te erice hasta el último vello púbico.

Después del primer flas, ves que lo...

El rugido proviene de una especie de tanque, o de avión, o de ovni, o de algo, que circula rápido, pero no tan rápido como para que el transeúnte no tenga tiempo de alucinar con el vehículo y contemplar sus detalles. Y éstos son: alerones tipo nave espacial; unas ruedas estilo Ferrari; luces de neón y pestañas en los faros; pintura metalizada tipo Terminator; cromados por doquier, estilo coche de cantante de hip-hop; y, claro, los altavoces: unas pantallas de sonido que con cada golpe de ritmo hacen que se te erice hasta el último vello púbico.

Después del primer flas, ves que lo que tienes delante es un coche rehecho. Esto es una moda, o una pasión, porque no sale barato comprar un vehículo, y reconstruirlo según tu gusto llevado al extremo. Se trata de decorar el coche de manera que pueda cortar la respiración al que lo ve. Y a esta moda que ahora crece se la conoce como tuning. Y a los que llevan el coche personalizado, se les conoce como tuneros. El vocablo se ha normalizado hasta tal punto que ya se editan discos recopilatorios con música tuning. El último triple CD de este estilo se llama Megatuning, y lo ha sacado al mercado la casa barcelonesa Blanco y Negro, especializada en música de baile. ¿Y qué clase de sonido es éste? Ahora se le refiere como hardcore; no hace mucho, como makina, bakalao o, en plan despectivo, tecno-pandereta. Concretando, se trata de ritmos frenéticos, con golpes de sonido extenuantes, y acompañados de melodías más digeribles que dirigen el conglomerado hacia algún sitio. Algo tan rápido y duro, en los poderosos altavoces de un coche tuning, se convierte en una fiesta. O en una verbena. Pero de alta tecnología.

Se trata de decorar el vehículo de manera que pueda cortar la respiración al que lo ve

Las más contundentes casas de altavoces ahora tienen productos específicos

Porque las más contundentes casas de altavoces, ahora tienen producto específico para el tuning. Por ejemplo, la empresa Beyma, con distintos tipos de producto que pueden potenciar los graves hasta el delirio. En su folleto publicitario, Beyma anuncia que ha obtenido el récord mundial de sonido en altavoces para coche (176 decibelios, según el folleto). Estos altavoces son caros. Y todos los añadidos de los vehículos, también. 'La media de gasto en un revestimento de coche suele estar en unos 6.000 euros', apunta José Antonio Azpeitia, al frente del establecimiento AZ Design-car, en Burjassot, especializado en reconstrucciones tuning. No obstante, hay quien puede invertir hasta 60.000, aunque esto es raro. 'Llantas, alerones, bajos, altavoces, equipos de música, aquí disponemos de todo', explica José Antonio. 'Lo que más pide la gente es que le decoremos los paragolpes; hay de todo, claro, pero vienen muchos jóvenes', reconoce. 'La moda viene de Alemania, y en Francia también hay mucha afición', recuerda, 'pero en España es reciente'.

No obstante, avanza a velocidad, porque se dan concentraciones tuning en muchas ciudades, y hay una web (zonatuning.com) que tiene miles de usuarios. Y revistas, como Maxi tuning, o GTI mag. Es en ellas donde los conductores ven los modelos de decoración y de modulación de potencia que quieren transplantar a sus coches. 'Cualquier vehículo sirve para el tuning', opina Azpeitia, 'aunque, cuanto más grande, más espectacular'. 'Pero hay que tramitar papeleo, porque el cambio de alumbrado debe pasar por un laboratorio, los cambios de neumático deben estar homologados, y los ensanches de carrocería ha de supervisarlos un ingeniero', describe.

Hay quien también decora su moto a estilo tuning, pero, esencialmente, es cosa de coches. Y de chicos jóvenes, muchachos de barrio, chavales de una u otra pandilla para los que personalizar el coche personaliza el día a día, y lo llena de destellos. César, relaciones públicas de la discoteca valenciana Virtual, organizó recientemente en su sala una concentración tuning. 'Fue bien, pero parece que a los tuneros no les gusta llevar su coche hasta los locales por si le pasa algo al vehículo; viven muy pendientes de él'. 'Creo que esta moda tiene que ver con el querer ser exclusivo', opina César. Y, posiblemente, con el derecho a serlo.