Columna

Hombres A

Amigas, construyamos entre todas al hombre de nuestros sueños. Lo llamaremos C3PO. C, por caliente; 3, por poseer tres billones de euros; P, por pensador, y O, por obediente.

Ante las diversas reacciones a esta propuesta, empiezo a temerme que las mujeres no estemos tan unidas como creía. Están las juerguistas, que echan de menos que C3PO sea alegre, divertido y que le guste estar siempre en danza, sobre todo por la noche. Bien, les digo, se tendrá en cuenta en el diseño, pero advierto de que puede que vaya en detrimento de la parte 'pensador'; a lo que me responden que esperan un esfue...

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Amigas, construyamos entre todas al hombre de nuestros sueños. Lo llamaremos C3PO. C, por caliente; 3, por poseer tres billones de euros; P, por pensador, y O, por obediente.

Ante las diversas reacciones a esta propuesta, empiezo a temerme que las mujeres no estemos tan unidas como creía. Están las juerguistas, que echan de menos que C3PO sea alegre, divertido y que le guste estar siempre en danza, sobre todo por la noche. Bien, les digo, se tendrá en cuenta en el diseño, pero advierto de que puede que vaya en detrimento de la parte 'pensador'; a lo que me responden que esperan un esfuerzo en este sentido porque también desean ser comprendidas por él.

La cuestión se complica con las preocupadas por la C de 'caliente'. A ver si va a ser un salido, advierten. Les propongo entonces cambiar la C de caliente por la C de 'culto' y la P de pensador por la P de 'precoz'. A mí particularmente, que nuestro hombre sea precoz me parece un acierto, porque será más rápido que cualquiera en sus apreciaciones y actuaciones, y nunca nos aburrirá.

Sin embargo, el grupo de esas que siempre están a la que salta reacciona alarmado: 'Si lo de precoz tiene algo que ver con lo de eyaculación, con nosotras no cuentes'. En este punto les recuerdo que, aunque mujeres en busca del hombre ideal, también somos humanas, y les recomiendo un poco de caridad. Como respuesta, niegan con la cabeza. Dicen que podrían transigir (sin ninguna ilusión, desde luego) con ese problemilla, pero que no están dispuestas a soportar que a continuación C3PO les esté dando la vara horas y horas con lo de que es víctima de la inseguridad que le causa la prepotencia de esta nueva y desalmada mujer que se cree la dueña del mundo.

Les hago notar que, al ser obediente (por la O), aceptaría su situación sin rechistar, pero mi voz va siendo sepultada por las airadas de ellas que exigen un hombre perfeccionado y no un mequetrefe. Así que dirijo una mirada desconsolada hacia el grupo, cada vez más dividido, de los ingenieros e ingenieras que han de diseñar a C3PO. A ellas les atrae el reto y se ponen manos a la obra. Ellos se quitan las batas blancas y salen por la puerta quejándose de lo de siempre, de que no sabemos lo que queremos.

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