La policía investiga la muerte de un preso que estaba de permiso

Pablo Gómez Sánchez, de 28 años y recluso de la prisión Madrid VI, de Aranjuez, fue hallado muerto ayer, rodeado por un gran charco de sangre y con una pistola bajo su cuerpo, en el domicilio de un amigo que le había acogido durante el permiso carcelario de fin de semana que el fallecido estaba disfrutando. El dueño del piso, F. J. A. R., también de 28 años, fue interrogado por la policía y posteriormente detenido a la espera de que se realice la autopsia al cadáver.

Fuentes de la Jefatura Superior de Policía informaron de que, en torno a las dos de la tarde, F. J. A. R., dueño de una v...

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Pablo Gómez Sánchez, de 28 años y recluso de la prisión Madrid VI, de Aranjuez, fue hallado muerto ayer, rodeado por un gran charco de sangre y con una pistola bajo su cuerpo, en el domicilio de un amigo que le había acogido durante el permiso carcelario de fin de semana que el fallecido estaba disfrutando. El dueño del piso, F. J. A. R., también de 28 años, fue interrogado por la policía y posteriormente detenido a la espera de que se realice la autopsia al cadáver.

Fuentes de la Jefatura Superior de Policía informaron de que, en torno a las dos de la tarde, F. J. A. R., dueño de una vivienda ubicada en la calle de Portugal, en Fuenlabrada, llamó al 091 para avisar de que había encontrado a su amigo muerto en una de las habitaciones de la casa. Cuando llegaron los agentes hallaron el cadáver de Pablo Gómez Sánchez boca abajo, rodeado de un gran charco de sangre, con un tiro en la frente y una pistola bajo su cuerpo.

El hombre que había telefoneado explicó a los policías que el fallecido era un preso amigo suyo al que había dejado dormir en su piso durante el fin se semana, ya que disfrutaba de un permiso penitenciario y debía volver a la cárcel de Aranjuez a las 20.00 de ayer. Según el relato de F. J. A. R., éste había salido por la mañana para acompañar a su mujer a la tienda de muebles donde trabaja, que abre al público los fines de semana, y cuando regresó llamó a la puerta de la vivienda, pero no recibió respuesta. El hombre volvió entonces a la tienda y recogió las llaves del piso, con las que finalmente abrió la puerta y halló el cadáver de su amigo, según su versión.

La policía constató algunas contradicciones en el relato de F. J. A. R., por lo que lo detuvo como medida cautelar hasta que se le practique la autopsia al cadáver de Pablo Gómez y pueda comprobarse si hubo suicidio u homicidio.

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