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París, capital del amor para veinte cineastas

El lema Paris, je t'aime (París, te quiero) será objeto de un curioso experimento cinematográfico. La ciudad francesa, gracias a las novelas, películas y a su tradición política, tiene imagen de ser un lugar de encuentro, un lugar propicio a la fusión apasionada de almas solitarias. Sobre ese mito de primera gran capital moderna del amor es sobre lo que deberán trabajar veinte cineastas, actores y directores de todo el mundo.

El número no es gratuito. París está dividido en veinte barrios, veinte arrondissements, que permiten que una gran metrópoli conserve muchos rincones...

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El lema Paris, je t'aime (París, te quiero) será objeto de un curioso experimento cinematográfico. La ciudad francesa, gracias a las novelas, películas y a su tradición política, tiene imagen de ser un lugar de encuentro, un lugar propicio a la fusión apasionada de almas solitarias. Sobre ese mito de primera gran capital moderna del amor es sobre lo que deberán trabajar veinte cineastas, actores y directores de todo el mundo.

El número no es gratuito. París está dividido en veinte barrios, veinte arrondissements, que permiten que una gran metrópoli conserve muchos rincones de ciudad de provincias y que éstos se alternen sin problema con los grandes espacios destinados a la representación del poder. Los veinte directores han de afrontar el reto de inventarse una breve historia de amor -cinco minutos- y que cada una de ellas transcurra en un barrio distinto. Por ejemplo, Bernardo Bertolucci deberá afrontar un París que no es el que inmortalizó en El último tango en París -es decir, el barrio de Passy-, sino que le han tocado en suerte los alrededores del Ayuntamiento y de Notre Dame. Quien ha heredado Passy es Fanny Ardant, quizás porque es allí donde vive. Otro parisino, Mathieu Demy, se ocupará de la torre Eiffel y de los Invalides, mientras que su madre, Agnès Varda, situará la acción en Montparnasse.

La británica Sally Potter ya ha rodado su historieta y lo ha hecho en el Barrio Latino, junto a los jardines del Luxemburgo, mientras que el mexicano Alejando González Iñarritu lo hará en el barrio judio y gay, el Marais.

Otro cineasta presente que ha aceptado el desafío ha sido Woody Allen. En su caso, la elección geográfica recae sobre los Campos Elíseos, sobre el París burgués, de grandes avenidas y edificios de piedra. Jean-Luc Godard parece preferir un barrio de jóvenes, junto a la Bastilla, y el ruso Andrei Konchalovsky, una de las escasas zonas de rascacielos de la ciudad.

Olivier Dahan, especialista en cine de terror, se adentrará con el arrondissement más tranquilo y sonriente, el XII; el chino Jiang Weng se encontrará con sus paisanos en el XIII, y el iraní Abolfazl Jalili podrá optar entre la vieja ópera Garnier, los sex-shops de Pigalle, las sinagogas vecinas al Follies Bergère o las callejuelas secretas que suben hacia el Sacré Coeur.

Dos actores conocidos -Gary Oldman y Johnny Depp- han visto cómo les atribuían barrios con gran presencia de inmigrados: en el caso de Oldman, del África negra, el Magreb y Ceilán; en el de Depp, kurdos y marroquíes. Otros cineastas que participan en el proyecto son el brasileño Walter Sales, el japonés Seijun Suzuki, el surafricano Oliver Schmitz o el alemán Tom Tykwer.

El presupuesto del proyecto es de 4,5 millones de euros y cuenta con el respaldo del Ayuntamiento de París. El último rodaje previsto, el de Bertolucci, está programado para enero del 2003. Los distintos episodios estarán hilvanados por unos especialistas en cine de animación, los hermanos Quay, y la música de Michel Legrand.

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