GREC 2002

El premonitorio montaje 'Homebody / Kabul', de Tony Kushner, se presenta en el Nou Lliure

La obra, escrita antes del 11-S, aborda el choque de culturas entre occidentales y afganos

En 1998, cuando Afganistán y su cultura eran aún grandes desconocidos para Occidente, el dramaturgo neoyorquino Tony Kushner escribió Homebody / Kabul. En la obra, una mujer pastún enloquecida por la opresión del régimen talibán, auspiciado por Bill Clinton, exclama: 'Vosotros, que queréis tanto a los talibanes, llevadlos a Nueva York. Bueno, no os preocupéis, ellos están llegando a Nueva York'. La obra premonitoria, estrenada en Broadway, se presenta desde hoy y hasta el sábado en el Fabià Puigserver del Nou Lliure a cargo de la compañía Cheek by Jowl, dirigida por Declan Donnel...

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En 1998, cuando Afganistán y su cultura eran aún grandes desconocidos para Occidente, el dramaturgo neoyorquino Tony Kushner escribió Homebody / Kabul. En la obra, una mujer pastún enloquecida por la opresión del régimen talibán, auspiciado por Bill Clinton, exclama: 'Vosotros, que queréis tanto a los talibanes, llevadlos a Nueva York. Bueno, no os preocupéis, ellos están llegando a Nueva York'. La obra premonitoria, estrenada en Broadway, se presenta desde hoy y hasta el sábado en el Fabià Puigserver del Nou Lliure a cargo de la compañía Cheek by Jowl, dirigida por Declan Donnellan.

El estreno, el pasado diciembre, de la pieza en la ciudad estadounidense, cerrado desde antes de los atentados, originó reacciones encontradas. Buena parte de la crítica la ensalzó como el acontecimiento cultural del año. The Wall Street Journal y otros diarios, sin embargo, vieron en ella una 'peligrosa propaganda talibán'. La obra está estructurada en tres partes, con una duración en torno a las tres horas. La primera, escrita especialmente para la actriz Kika Markham, es el monólogo de una mujer de la alta burguesía británica que explica las razones por las cuales ha decidido abandonar a su marido y a su hija. Se siente cansada de su vida de hogar, vacía (homebody equivaldría a hogareña o mujer de su casa). Unas guías turísticas han despertado su fascinación por Afganistán y éste es el destino de su viaje. El resto de la obra presenta la búsqueda de la mujer por parte de sus familiares.

Ha desaparecido y sobre su paradero hay informaciones contradictorias. Según la versión oficial, ha muerto asesinada por unos fanáticos religiosos. Sin embargo, también se apunta que se ha enamorado de un doctor afgano y está con él. Ante la derrota del marido, hundido por los acontecimientos, será la hija quien, camuflada bajo un burka, trate de descubrir la verdad, mientras topa con la dura realidad de aquel país.

Defiende el director británico Declan Donnellan que el buen teatro es el que no trata de dar respuestas sino, al contrario, formula preguntas. También que cualquier teatro es político, y esta obra no es una excepción. Sin embargo, considera que Kushner (su obra Àngels a Amèrica inauguró el Teatre Nacional de Catalunya) ha construido con ella una obra de arte, en el sentido de focalizar la atención sobre un tema trascendente pero sin maniqueísmos. 'Una obra de arte dibuja un marco en torno a una cuestión. Y uno de los rasgos más específicos del marco es atraer la atención sobre la ambivalencia de las cosas que están dentro de él', apunta el director, amigo personal del dramaturgo. 'La derecha', añade, 'tanto en Europa como en Estados Unidos, querría hacernos pensar que sólo hay un tipo de islamismo. Es oportuno, conveniente, tener un único enemigo'.

Nueva York, Londres y Barcelona serán las tres únicas ciudades en las que se represente Homebody / Kabul, según el director del espectáculo. Aquí podrá verse en inglés con subtítulos en castellano y, por razones obvias, en un clima distinto al que la acogió en Broadway. Pero Donnellan cree que lo que la hizo entonces intensa para el espectador estadounidense no era el hecho de hablar sobre Afganistán, sino un sentimiento de pérdida muy especial compartido con los personajes de la obra. El esposo y la hija han perdido a alguien muy cercano, pero el duelo es difícil porque no tienen a quién llorar, pues ella ha desaparecido sin dejar rastro. Las víctimas del 11-S también desaparecieron y, como de las torres gemelas, 'sólo quedó el olor'.

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