Columna

Mayoría natural

Entre Nauplia y Creta digiero el escandaloso tratamiento que TVE hiciera de la huelga del día 20 y la eliminación de España del Mundial de fútbol. Se ha vivido una huelga suficiente, no tan espléndida como la del glorioso 14-D, pero en aquella ocasión hasta la patronal tenía ganas de que el PSOE muriera de éxito y ahora, en cambio, se ha puesto del lado del Gobierno del PP para formar parte de la mayoría natural. Ha habido empresarios esquiroles a lo glorioso y otros que sólo han conseguido esquirolismo a lo grotesco, pero queda demostrado que la lucha de clases sigue existiendo aunque no lo a...

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Entre Nauplia y Creta digiero el escandaloso tratamiento que TVE hiciera de la huelga del día 20 y la eliminación de España del Mundial de fútbol. Se ha vivido una huelga suficiente, no tan espléndida como la del glorioso 14-D, pero en aquella ocasión hasta la patronal tenía ganas de que el PSOE muriera de éxito y ahora, en cambio, se ha puesto del lado del Gobierno del PP para formar parte de la mayoría natural. Ha habido empresarios esquiroles a lo glorioso y otros que sólo han conseguido esquirolismo a lo grotesco, pero queda demostrado que la lucha de clases sigue existiendo aunque no lo admitan ni Agamenón, ni su porquero, ni TVE, que vuelve a ser una unidad de destino en lo universal.

Más complejo asunto el de la eliminación de la selección española. Claro que los árbitros vuelven a estar contra la España que hizo oídos sordos al nazismo, derrotó al comunismo y se está apoderando de Kosovo y Afganistán y la Providencia nos fue desafecta cuando Cañizares se suicidó un tendón, Raúl se quedó sin esa tercera pierna invisible con la que marca goles y Joaquín decidió lanzar un penalti a favor del portero coreano. España eliminó a los equipos más flojos del torneo y fue eliminada por Corea, que, aunque superadas las condiciones objetivas y subjetivas de la guerra de los 50, más que jugar al fútbol practica un cuerpo a cuerpo a la bayoneta calada.

El papel de España ha sido mediocre, es decir, a tono con un campeonato anodino en el que lo mejor han sido las falsas hinchadas y lo peor la exhibición de jugadores gastados, previsibles, sin una genialidad de las que boquiabren la imaginación y el deseo. Alemania eliminó a Corea aprovechando la ventaja que le daba la estatura de sus jugadores, a los que los coreanos sólo podían adherirse hasta la cintura. Brasil hizo lo propio con los turcos, propiciando así una final retórica e impresentable entre un equipo de ex o postcojos brasileños y otro de zapadores prusianos que perdieron el favor de los mejores balones. Un cénit Corea-Turquía habría significado la impugnación de los globalizadores a cargo de los globalizados.

Final imposible por subversiva. TVE no la habría emitido y Pío Cabanillas habría ofrecido a la Legión, con cabra o sin ella, para patrullar por estadios coreanos y turcos si Bush lo consideraba necesario. La mayoría natural insiste en que hay verdades innatas exigidas por la lógica interna de las células humanas. Contra natura la huelga, contra natura una final Corea-Turquía y contra natura, gracias a Dios, que España pasara de los cuartos de final.

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