Descuido con Picasso
A muy poca distancia del Museo Picasso, se encuentra el monumento homenaje al insigne artista universal, Pablo Ruiz Picasso.
Actualmente, ver este monumento deja mudo al espectador y el alma del ciudadano barcelonés que lo visita -o peor aún- que lo enseña a los forasteros de la ciudad -como me acaba de suceder- se llena de incredulidad, asombro y vergüenza.
Su estado actual es el del más absoluto abandono, deterioro, dejadez y suciedad; el pequeño estanque que lo rodea está vacío; los surtidores están oxidados completamente. Faltan varias letras y números de la fecha de su inaug...
A muy poca distancia del Museo Picasso, se encuentra el monumento homenaje al insigne artista universal, Pablo Ruiz Picasso.
Actualmente, ver este monumento deja mudo al espectador y el alma del ciudadano barcelonés que lo visita -o peor aún- que lo enseña a los forasteros de la ciudad -como me acaba de suceder- se llena de incredulidad, asombro y vergüenza.
Su estado actual es el del más absoluto abandono, deterioro, dejadez y suciedad; el pequeño estanque que lo rodea está vacío; los surtidores están oxidados completamente. Faltan varias letras y números de la fecha de su inauguración que están sobre la piedra que rodea dicho estanque,
Los vidrios que encierran la obra de Tàpies están sucios y llenos de humedad que solamente permite adivinar lo que hay en su interior; se supone ver un piano, una lona caída parcialmente sobre el mismo, una silla y unos listones metálicos que no se sabe si corresponden al monumento o si se han desprendido del mismo.