CARTAS AL DIRECTOR

Las protestas de los pilotos

El día 29 de agosto del año pasado murieron cuatro personas en un accidente de aviación en Málaga: el piloto Mariano Hernández y cuatro pasajeros.

Se ha sabido por la transcripción de la caja negra, que este accidente mortal fue causado porque el copiloto apagó ambos motores, en vez de apagar sólo el que presentaba la avería.

Lo curioso y sorprendente del caso es que Carlos Arios Trepat, decano de los pilotos de la aviación comercial, comenta que este tipo de datos no debe ser conocido por la opinión pública, es decir, que debe de ocultarse.

Más sorprendente es que también...

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El día 29 de agosto del año pasado murieron cuatro personas en un accidente de aviación en Málaga: el piloto Mariano Hernández y cuatro pasajeros.

Se ha sabido por la transcripción de la caja negra, que este accidente mortal fue causado porque el copiloto apagó ambos motores, en vez de apagar sólo el que presentaba la avería.

Lo curioso y sorprendente del caso es que Carlos Arios Trepat, decano de los pilotos de la aviación comercial, comenta que este tipo de datos no debe ser conocido por la opinión pública, es decir, que debe de ocultarse.

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Más sorprendente es que también el secretario del SEPLA, Ángel Moya Geromini, diga que 'los pilotos están gravemente preocupados porque la opinión pública conozca la grabación'.

Y pregunto yo: ¿por qué?

Y añade: 'Esta información debe ser utilizada con el fin exclusivo para el que ha sido grabada: determinar las causas de los accidentes y evitar que se vuelvan a producir, no para buscar culpables'.

Pues, efectivamente, la grabación ha servido para saber que el accidente mortal fue producido por la negligencia del copiloto, que apagó ambos motores, en vez de sólo apagar el que presentaba la avería, y que por tanto fue debido a un fallo humano, como suele ser habitual.

Yo soy funcionario público de la Seguridad Social, y estoy cansado de ver cómo se establecen pleitos contra compañeros por negligencia y contra la Seguridad Social. Por tanto, opino que cada palo aguante su vela, que los pilotos no son dioses, sino que los hay buenos, menos buenos e inclusive torpes, como en todos los estamentos de esta vida.

Y que si se comete un error habrá que apechugar con ello. Y depurar las responsabilidades que en cada caso hubiera que satisfacer.

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