La resurrección de los Celtics

El libro del Boston Celtics recoge la historia de la franquicia más laureada de la Liga profesional norteamericana de baloncesto (NBA). Historia, no; tradición. Los editores han preferido esta palabra para compilar sus 56 años de vida. No es para menos: 16 títulos de campeón. Ahora, después de 14 años de invierno, ha vuelto la primavera. El Boston se ha clasificado para la final de la Conferencia Este. Ya sólo el Nueva Jersey Nets se interpone para su disputa final del anillo al campeón del Oeste: Los Ángeles Lakers si el Sacramento Kings lo permite.

Fantasmas, duendes y espíritus de la...

El libro del Boston Celtics recoge la historia de la franquicia más laureada de la Liga profesional norteamericana de baloncesto (NBA). Historia, no; tradición. Los editores han preferido esta palabra para compilar sus 56 años de vida. No es para menos: 16 títulos de campeón. Ahora, después de 14 años de invierno, ha vuelto la primavera. El Boston se ha clasificado para la final de la Conferencia Este. Ya sólo el Nueva Jersey Nets se interpone para su disputa final del anillo al campeón del Oeste: Los Ángeles Lakers si el Sacramento Kings lo permite.

Fantasmas, duendes y espíritus de la vieja pista del Boston Garden parecen haber despertado en el nuevo FleetCenter. Las charlas rememoran las batallas de Russell, Cousy o Sharman. Al fin se habla otra vez de baloncesto en una ciudad sumida en el éxito del New England Patriots en la Superbowl del fútbol americano. Desde 1986 no se celebraba un título.

Pierce y Walker, Walker y Pierce. De este dúo emana el resurgimiento de los Celtics. Considerados como la mejor pareja, tras O'Neal-Bryant, son los líderes. Pierce, licenciado en criminología y delicuencia, a punto estuvo de ver truncada su carrera por un extraño suceso. En septiembre de 2000 fue apuñalado una docena de veces y golpeado en la cabeza con una botella en una discoteca.

Un decente grupo de secundarios abriga a las dos estrellas: Anderson, Battie, Williams, Rogers y Delk supieron resolver papeletas. Dos de ellos, Rogers y Delk, llegaron en un intercambio con el Phoenix Suns, en febrero.

Todo es felicidad para un equipo que vivía hace más de un año una profunda crisis. Rick Pitino dijo 'no más' y se fue. El prestigioso técnico no había sido capaz de devolver al Boston su gloria. Desde la marcha de Bird, McHale y Parish nada fue lo de antaño. La vacante la ocupó su mano derecha, Jim O'Brien. Lo que se conocía de él era su matrimonio con la hija de Jack Ramsay, uno de los entrenadores más reconocidos. Un cambio crucial: más victorias que derrotas por primera vez en nueve años.