AENA admite ahora que dos aviones en pista impidieron aterrizar a dos aeronaves en Barajas

Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), en un comunicado, admitió ayer que en episodios distintos acaecidos el domingo 5 y el miércoles 8 de mayo, dos aviones de pasajeros, uno de la compañía griega Olimpic Airways y otro de la portuguesa TAP, respectivamente, que se aprestaban a aterrizar en la pista 33 de Barajas, frustraron sendas maniobras de aproximación (descenso) por la presencia de dos aeronaves sobre la pista.

AENA, que emitió ayer su comunicado dos días después de la publicación de la noticia en este diario, agregó que las maniobras de frustración 'cumplieron todas la...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), en un comunicado, admitió ayer que en episodios distintos acaecidos el domingo 5 y el miércoles 8 de mayo, dos aviones de pasajeros, uno de la compañía griega Olimpic Airways y otro de la portuguesa TAP, respectivamente, que se aprestaban a aterrizar en la pista 33 de Barajas, frustraron sendas maniobras de aproximación (descenso) por la presencia de dos aeronaves sobre la pista.

AENA, que emitió ayer su comunicado dos días después de la publicación de la noticia en este diario, agregó que las maniobras de frustración 'cumplieron todas las condiciones de seguridad'. La administración aeroportuaria, sin embargo, determinó sólo la causa de la aproximación frustrada del avión griego, que atribuyó a la 'frenada corta de otra nave precedente , que alargó el tiempo de rodadura'; pero no dio explicaciones de por qué se retardó la nave que obstaculizó el aterrizaje del avión portugués; y atribuyó al albedrío del comandante de esta aeronave lo que hizo. 'Sin que se hubiera producido aún la preceptiva autorización por parte de la torre de control para aterrizar', dice AENA, 'el piloto decidió no tomar tierra, efectuando un procedimiento establecido para frustrar la aproximación. Esta decisión, potestad del piloto', subraya la nota, 'se produjo cuando la aeronave estaba a una altura de 501 pies sobre la pista, por lo que en ningún caso llegó a tocar tierra con el tren de aterrizaje', como había insinuado un pasajero. AENA añade: 'Si el piloto portugués no hubiera tomado esta decisión, poco después hubiera sido autorizado a aterrizar, ya que en ese momento se cumplían todos los requisitos necesarios, incluida la distancia de separación respecto a la aeronave que había aterrizado antes y estaba ya abandonando la pista por una de las calles de salida rápida'.

501 pies equivalen a 150 metros. 'La velocidad en fases previas al aterrizaje oscila de 500 a 300 pies por minuto', dice una fuente técnica de AENA. 'No veo infracción de los pilotos, porque en 1 minuto mediaban aún 3,8 kilómetros entre las naves', añadió.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En