Crónica:FÚTBOL | Penúltima jornada de Liga

Peleados con el gol

El Madrid y el Mallorca crean numerosas ocasiones, pero fallan ante las porterías

Un partido de viento racheado, con los dos equipos llegando al área frecuentemente y con abundantes ocasiones, terminó sin goles por esas extrañas cosas del fútbol. Para el Madrid fue la confirmación de su decepcionante trecho final del campeonato. Para el Mallorca supone un resultado que le obliga a estar en vilo toda la semana. A la hinchada madridista le pareció suficientemente mal para silbar a sus jugadores al término del encuentro, pero sin excesos. En el ambiente pesó el desafío que le espera al equipo en la final de la Copa de Europa.

Cualquiera de los dos equipos pudo ganar el ...

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Un partido de viento racheado, con los dos equipos llegando al área frecuentemente y con abundantes ocasiones, terminó sin goles por esas extrañas cosas del fútbol. Para el Madrid fue la confirmación de su decepcionante trecho final del campeonato. Para el Mallorca supone un resultado que le obliga a estar en vilo toda la semana. A la hinchada madridista le pareció suficientemente mal para silbar a sus jugadores al término del encuentro, pero sin excesos. En el ambiente pesó el desafío que le espera al equipo en la final de la Copa de Europa.

Cualquiera de los dos equipos pudo ganar el duelo. Al Madrid le sobraron ocasiones; al Mallorca, más. Oportunidades sencillas que Guti no concretó, y tuvo tantas que acabó desesperado. Falló a un metro de la portería, no acertó un cabezazo sin oposición y se encontró con una excelente intervención de Franco en su mejor remate. El hombre estuvo peleado toda la tarde con el gol y recibió los abucheos de rigor cuando le sustituyó Morientes. O juega muy bien y hace goles, o Guti tiene la enemiga de la gente. Es y será así.

REAL MADRID 0| MALLORCA 0

Real Madrid: César; Míchel Salgado, Hierro, Helguera, Roberto Carlos; Figo, Makelele, Solari (Munitis, m. 75), McManaman; Raúl y Guti (Morientes, m. 63). Mallorca: Leo Franco; Olaizola, Niño, Nadal, Soler; Paunovic, Marcos, Engonga (Robles, m. 70), Ibagaza; Eto'o y Luque. Árbitro: Fernández Marín. Expulsó (m. 90) a Olaizola por doble amonestación. También mostró la tarjeta amarilla a Figo, Helguera y Niño. Unos 60.000 espectadores en el estadio Santiago Bernabéu.

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El Mallorca tuvo la oportunidad de evitarse problemas en media docena de contragolpes que no terminaron en gol de milagro. O fallaron sus delanteros, especialmente Luque, o fueron perfectamente respondidos por César. El portero madridista salvó dos tiros muy venenosos de Luque y Eto'o, estuvo impecable en algún mano a mano y respiró ante un par de errores de Luque. Por lo demás, fue el Mallorca que tantos problemas genera habitualmente al Madrid en Chamartín. Se defiende con mucha gente y busca el contragolpe con Ibagaza y sus dos veloces delanteros. Ibagaza pone la pelota aquí y allá, y aparecen Luque y Eto'o a toda máquina.

En este partido de ida y vuelta hubo tiempo para todo menos para los goles. El Madrid jugó una buena primera parte, con toque y dinamismo. McManaman comenzó a tirar pases sencillos que provocaban dificultades en los defensas del Mallorca. Solari empujaba, Makelele ayudaba y Guti se ofuscaba en el área. No hubo novedades con Figo. Pidió la pelota, pero sólo desbordó en dos ocasiones. En la primera puso un balón perfecto al que no llegó Raúl y que sí alcanzó Guti a un metro de la portería. Que su remate golpeara el larguero es un misterio. Parecía un gol evidente.

Al notable fútbol del Madrid en el primer tiempo le opuso el Mallorca su capacidad para hacer daño en los contragolpes, de manera que el encuentro resultó vistoso. Quizá al Madrid le faltó sentido de la urgencia, una especie de última velocidad que se aprecia cuando los equipos se juegan la vida. Durante todo el encuentro no dio la impresión de estar suficientemente enchufado. Los jugadores no creían en el título y su cabeza se les fue poco a poco a hacia Glasgow. A nadie extrañó, por tanto, su deficiente segundo tiempo, sin energía y sin juego. El Mallorca dejó escapar la victoria: tenía espacio para correr y para lanzar a sus flechas. Lo hizo, pero sus delanteros no hicieron bien su trabajo en el área. Era un equipo destinado a sufrir hasta el último partido de la temporada.

Figo se lamenta sobre el césped.LUIS MAGÁN

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