Una pena
No tuvieron suerte los organizadores de estos lunes flamencos que nacen con vocación de continuidad y con la intención de ofrecer a Madrid unas sesiones de flamenco no aparatosas, pero sí muy cuidadas y de entidad artística.
Y, sobre el papel, la programación inicial se ajustaba perfectamente a estos propósitos, con un artista invitado como Capullo de Jerez, que vive un momento dulce de su carrera. Pero con algunos flamencos nunca se sabe lo que va a ocurrir, y ocurrió que este Capullo venía de celebrar una primera comunión y no podía casi ni hablar. Aunque habló mucho, para decir al pú...
No tuvieron suerte los organizadores de estos lunes flamencos que nacen con vocación de continuidad y con la intención de ofrecer a Madrid unas sesiones de flamenco no aparatosas, pero sí muy cuidadas y de entidad artística.
Y, sobre el papel, la programación inicial se ajustaba perfectamente a estos propósitos, con un artista invitado como Capullo de Jerez, que vive un momento dulce de su carrera. Pero con algunos flamencos nunca se sabe lo que va a ocurrir, y ocurrió que este Capullo venía de celebrar una primera comunión y no podía casi ni hablar. Aunque habló mucho, para decir al público que le daba su alma y cosas así. Lo que queríamos era oír su cante, y de eso poco, casi nada. Las letras salían embarulladas e inconexas de sus labios, y las amañaba como podía cuando no se acordaba de ellas. '¿Dónde estás, Bin Laden, que no te encuentran?', y cosas así. Una pena.
Los lunes flamencos de Arlequín
Cante: Capullo de Jerez, con el toque de Diego Amaya. Baile: Mari Paz Lucena y José Miguel Téllez, con grupo. Teatro Arlequín. Madrid, 29 de abril.
Salvó la noche, relativamente, el baile de la primera parte, con Mari Paz Lucena y Téllez como protagonistas. Dos bailaores con experiencia en Madrid que conocen bien su profesión y la ejercen con dignidad. Ella en la soleá, él en la farruca, y los dos por alegrías, pusieron deseos de agradar, y lo hicieron con estimable solvencia.