No me lo creo
No soy trabajador del transporte y sí trabajador de otro sector desde hace 26 años, y durante éstos he tenido que parar en bastantes huelgas en defensa del empleo y de mis condiciones de trabajo. La postura de un trabajador frente a una huelga es la de forzar al empresario a cambiar su posición y nunca la de causar perjuicio a la población. Por eso sencillamente yo no me creo que un piquete de trabajadores haya tirado ningún tornillo a los cristales de los autobuses escolares donde viajan niños. En los piquetes de huelga hay, por desgracia, piquetes camuflados de la patronal, fascistas pagados...
No soy trabajador del transporte y sí trabajador de otro sector desde hace 26 años, y durante éstos he tenido que parar en bastantes huelgas en defensa del empleo y de mis condiciones de trabajo. La postura de un trabajador frente a una huelga es la de forzar al empresario a cambiar su posición y nunca la de causar perjuicio a la población. Por eso sencillamente yo no me creo que un piquete de trabajadores haya tirado ningún tornillo a los cristales de los autobuses escolares donde viajan niños. En los piquetes de huelga hay, por desgracia, piquetes camuflados de la patronal, fascistas pagados por la patronal que intentan con estos actos poner a la población en contra de los trabajadores.
Los trabajadores del transporte han ejercido su derecho a la huelga con unas reivindicaciones bastante dignas y más que justas, sobre todo las concernientes al descanso de los conductores y la seguridad de los pasajeros.
Posiblemente, si consiguieran sus reivindicaciones el número de accidentes por culpa de un conductor que se duerme disminuiría considerablemente. La población tendría que estar al lado de los trabajadores, que son los que están en huelga, jugándose su puesto de trabajo y su sueldo, para que repercuta en el bienestar de todos.