Takahara, víctima de la clase turista

El delantero japonés sufre un trombo en el pulmón tras un viaje a Polonia para un amistoso

Naohiro Takahara tenía, en teoría, una entre 200.000 posibilidades de que se formara un trombo en una de las venas de las piernas y de que ese coágulo le alcanzara los pulmones; en la práctica, menos posibilidades aún: el síndrome de la clase turista, o sea la embolia pulmonar que se puede sufrir después de viajar varias horas constreñido en el escaso espacio que dejan entre fila y fila las compañías aéreas, es más probable en personas obesas, de más de 40 años, con venas varicosas y fumadoras, y en ese perfil, evidentemente, no cuadra Naohiro Takahara, que tiene 22 años, está delgado y...

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Naohiro Takahara tenía, en teoría, una entre 200.000 posibilidades de que se formara un trombo en una de las venas de las piernas y de que ese coágulo le alcanzara los pulmones; en la práctica, menos posibilidades aún: el síndrome de la clase turista, o sea la embolia pulmonar que se puede sufrir después de viajar varias horas constreñido en el escaso espacio que dejan entre fila y fila las compañías aéreas, es más probable en personas obesas, de más de 40 años, con venas varicosas y fumadoras, y en ese perfil, evidentemente, no cuadra Naohiro Takahara, que tiene 22 años, está delgado y no fuma, entre otras cosas porque es uno de los mejores futbolistas de Japón, un delantero rápido.

Sin embargo, la noticia que llega de Tokio así lo dice, según Efe: Takahara se encuentra hospitalizado y es duda para la fase final del Mundial de fútbol debido a la aparición de un trombo en el pulmón izquierdo a consecuencia del síndrome de la clase turista.

Las autoridades sanitarias recomiendan a quienes emprendan un vuelo de más de 10.000 kilómetros que beban mucho (pero no alcohol), que usen ropa suelta, que se quiten los zapatos, que no crucen las piernas, que cambien frecuentemente de posición mientras estén sentados y, sobre todo, que ejerciten alguna actividad física, aun menor, como andar o, al menos, mover las piernas.

Takahara no siguió los consejos, y en un viaje Polonia-Japón (18.000 kilómetros) a finales de marzo, durmió la mayoría del trayecto. Sentado e inmóvil fomentó en su organismo el estancamiento venoso, el incremento de la viscosidad de la sangre, el aumento del hematocrito y en lesiones de las paredes venosas que ayudan a la formación de trombos. Unos días después, en un partido con su club, Takahara debió ser sustituido por problemas respiratorios. Al principio se pensó en una neumonía. Luego se descubrió el trombo. El pulmón puede tardar seis meses o un año en volver a funcionar bien.

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