Crítica:POESÍA

Pop en escabeche

La precocidad de los poetas es un arma de doble filo. Por un lado, tiene algo de insultante, como si talento y adolescencia no pudieran ser socios. Por otro, crea expectativas que acaban en lastre. Por suerte, y como escribió Rimbaud, 'on n'est pas sérieux quand on a dix-sept ans'. Salvando las distancias, pues, éste parece ser el caso de Elena Medel y Mi primer bikini, Premio Andalucía Joven de Poesía 2001. Medel nació en Córdoba en 1985. Escribió este libro a los 15 años. Sin embargo, nada en él es previsible. Y aunque dentro de unos años puede que se arrepienta de parte de su conteni...

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La precocidad de los poetas es un arma de doble filo. Por un lado, tiene algo de insultante, como si talento y adolescencia no pudieran ser socios. Por otro, crea expectativas que acaban en lastre. Por suerte, y como escribió Rimbaud, 'on n'est pas sérieux quand on a dix-sept ans'. Salvando las distancias, pues, éste parece ser el caso de Elena Medel y Mi primer bikini, Premio Andalucía Joven de Poesía 2001. Medel nació en Córdoba en 1985. Escribió este libro a los 15 años. Sin embargo, nada en él es previsible. Y aunque dentro de unos años puede que se arrepienta de parte de su contenido, esta disparidad de intenciones es su mayor virtud. Los 21 poemas ordenados en tres fases de simbólico título (Top less, Piercing, Monokini) son el andamio de una poética sometida a un aluvión de influencias que, precisamente por estar libres del pecado de la prevención ('tardes de apuntes en minifalda'), permite combinar ecos de La Oreja de Van Gogh, Sylvia Plath, Gloria Gaynor o Bart Simpson en un decorado en el que los atardeceres se ven por televisión y son interrumpidos por aludes de publicidad destinada a acortar la infancia de un universo inspirado en esa falsa naturalidad de anuncio de compresas. Sólo por la revisión de los mitos de la infancia y adolescencia femenina que supone, antaño presididos por cuentos de hadas leídos a la luz de una vela, Mi primer bikini merece la atención de los amantes de las fiestas poético-sorpresa, con Cenicientas manga y Heidis ninfómanas. Pero, entre el estruendo de una fiesta en la que la frialdad es pura pose, brillan ráfagas de esa aflicción universal que sólo la adolescencia convertida en literatura puede dar: 'Siento como si un hueso de melocotón me atravesara la / garganta / Y es que aquí, o en cualquier sitio, / me llaman kitch o pop o sardina en escabeche / porque / siempre hay un suicida acampando en la puerta del / lavabo'.

MI PRIMER BIKINI

Elena Medel DVD. Barcelona, 2002 62 páginas. 7,20 euros

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