GENTE

IBRAHIM Y EL EMBAJADOR, EN DIRECTO

El hotel Nacional de La Habana fue escenario el sábado de una noche mágica cargada de boleros, estrellas y vértigo político. El motivo fue el homenaje que la prestigiosa instalación turística ofreció a la figura del Buena Vista Social Club Ibrahim Ferrer, a quien se le otorgó el Diploma de Fidelidad del hotel y la llave de plata de la suite presidencial, por donde han pasado Oliver Stone, Naomi Campbell, Sarita Montiel y los duques de Windsor, entre otros. La veterana orquesta Rubalcaba fue la encargada de amenizar la fiesta, que tuvo lugar a escasos metros del bar Aire Ma...

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El hotel Nacional de La Habana fue escenario el sábado de una noche mágica cargada de boleros, estrellas y vértigo político. El motivo fue el homenaje que la prestigiosa instalación turística ofreció a la figura del Buena Vista Social Club Ibrahim Ferrer, a quien se le otorgó el Diploma de Fidelidad del hotel y la llave de plata de la suite presidencial, por donde han pasado Oliver Stone, Naomi Campbell, Sarita Montiel y los duques de Windsor, entre otros. La veterana orquesta Rubalcaba fue la encargada de amenizar la fiesta, que tuvo lugar a escasos metros del bar Aire Mar, donde varios camareros seguían en directo la evolución de los sucesos en Caracas a través del embajador de Venezuela en La Habana, Julio Montes, cliente del hotel, quien se encontraba en el interior del palacio de Miraflores y llamaba a cada rato a sus amigos cubanos para festejar la vuelta al poder de Hugo Chávez. Así, entre rones musicales, etílicos e ideológicos, avanzó la noche. Ibrahím Ferrer estuvo bordado: salió a escena de traje y corbata y con gorra de chulo madrileño y dejó anonadado al público con su voz poderosa y sus versiones de Dos gardenias, Silencio y Como fue. Precisamente cuando Ferrer estaba en eso de 'cómo fue / no sé explicarte qué pasó...', Javier Fernández, el español que trabaja como jefe de alimentos y bebidas del Nacional, apareció con las últimas noticias: Chávez, el presidente que también canta boleros, hablaría en dos horas a la nación. Antes de terminar el concierto, otra estrella de la música cubana, Teresa García Caturla, subió a la tarima para cantar aquello de 'Cachita está alborotá, ahora baila el cha-cha-cha'.-

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