Badalona celebra el inicio de las obras que transformarán su frente marítimo
Las obras costarán 74 millones de euros e incluyen residencias y un centro comercial
Badalona tendrá dentro de cuatro años un puerto deportivo-pesquero después de más de un siglo de espera. Con la colocación de la primera piedra arrancó ayer el proyecto urbanístico más ambicioso que emprende la ciudad en muchos años, que implicará la recuperación de dos kilómetros de costa desde las altísimas chimeneas de Fecsa hasta la vieja fábrica de Anís del Mono y la transformación de la fachada marítima. El presupuesto global previsto para estas obras supera los 74 millones de euros (unos 12.000 millones de pesetas).
El momento más emotivo del acto de ayer, al que asistieron más d...
Badalona tendrá dentro de cuatro años un puerto deportivo-pesquero después de más de un siglo de espera. Con la colocación de la primera piedra arrancó ayer el proyecto urbanístico más ambicioso que emprende la ciudad en muchos años, que implicará la recuperación de dos kilómetros de costa desde las altísimas chimeneas de Fecsa hasta la vieja fábrica de Anís del Mono y la transformación de la fachada marítima. El presupuesto global previsto para estas obras supera los 74 millones de euros (unos 12.000 millones de pesetas).
El momento más emotivo del acto de ayer, al que asistieron más de un millar de personas, fue cuando los pescadores hicieron sonar al unísono las sirenas de las barcas recordando la tradición marinera de la antigua Baetulo.
El puerto es la reivindicación popular más sentida y la piedra angular de la regeneración del que fue el principal núcleo industrial badalonés a principios del siglo XX, lo que permitirá edificar 4.000 viviendas, un parque público, equipamientos y un canal que penetrará 300 metros en el tejido urbano.
Justo en los terrenos que albergaban la desaparecida fábrica Cross,entre las vías del tren y la playa, estará ubicado el puerto, que contará con 620 amarres deportivos y 111 pesqueros.
Pisos y centro comercial
Antes del año 2010 la zona más degradada de la ciudad, que ha vivido de espaldas al mar durante décadas, acogerá el complejo portuario, una nueva zona residencial y un centro lúdico comercial de 18.000 metros cuadrados de techo. Por ahora ya se han adjudicado obras por valor de 28 millones de euros para desviar los colectores y acometer la primera fase de las infraestructuras portuarias que llevará a cabo Fomento de Construcciones y Contratas (FCC).
La alcaldesa de Badalona, la socialista Maite Arqué, evitó ayer referirse a las múltiples complicaciones de todo tipo que han ido retrasando la ejecución del puerto. Agradeció el trabajo hecho por sus antecesores para conseguirlo y aprovechó para recordar que aún perdura la barrera del tren que condiciona el desarrollo del litoral. El conseller en cap de la Generalitat, Artur Mar, destacó la posibilidad que supone para Badalona abrirse al mar y citó la futura línea 9 del metro que se empezará a construir en Santa Coloma de Gramenet y en Badalona como el otro gran proyecto del que se beneficiará la ciudad en los próximos años. Tambien asistió el Consejero de Política Territorial y Obras Públicas, Felip Puig.
Realojar familias
La empresa pública Marina de Badalona, SA, constituida por el Ayuntamiento y el Consell Comarcal del Barcelonès, se encargará de la construcción y gestión del puerto. Los terrenos han sido hasta ahora la mayor aportación pública. Los beneficios que generen la venta de amarres y la explotación de las instalaciones portuarias permitirán financiar las obras de la segunda fase.
Antes del verano está previsto que empiecen a construirse las viviendas de promoción pública en las que se realojará a las familias afectadas.
El barrio del Gorg tiene una superficie de 23 hectáreas y está ocupado en su mayoría por fábricas, viviendas y descampados. En total son 255 las viviendas que se derribarán y una cincuentena de empresas las que trasladarán su sede social a otros puntos de la ciudad.
Este sector se ha ido degradando con el paso del tiempo, primero por las intensas emanaciones de humos de las fábricas y después debido a los sucesivos retrasos que ha ido acumulando el proyecto del puerto. Cuando la actuación urbanística que ahora comienza se haga realidad, su fisonomía dará un vuelco gracias en buena medida al puerto, pero también al canal interior, que a ambos lados dispondrá de 183 amarres y aparcamientos hasta desembocar en una zona verde que llegará al pie del pabellón olímpico.
Las instalaciones portuarias, que ocuparán 110.000 metros cuadrados, deberán adecuarse a las duras condiciones medioambientales impuestas por la Generalitat, tendentes a preservar la arena de las playas del entorno, lo que se conseguirá mediante la construcción de un by-pass que, a modo de gran aspiradora, garantice el tránsito de los sedimentos marinos así como la renovación del agua del puerto y del canal interior.
Arqué dedicó la primera piedra a los pescadores de Badalona, que constituyen un colectivo cada vez menos numeroso pero que encarna como ninguno la aspiración ciudadana de tener puerto de mar.