Bono se reunió con Zapatero para preguntarle si dudaba de su lealtad

Miembros de la ejecutiva criticaron la 'indisciplina' del presidente regional

El líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró el pasado día 20 al presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, su absoluta certeza de que la lealtad de éste hacia él y su proyecto está fuera de toda duda. Bono solicitó a Zapatero esta reunión tras conocer que miembros de la Ejecutiva Federal le habían criticado duramente por mantener criterios diferentes a los expresados por la dirección del partido y por contribuir a dar una imagen de desunión.

La conversación se produjo a instancias de Bono, tras conocer el presidente castellano-manchego que, días antes, el 11 de marzo, en ...

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El líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró el pasado día 20 al presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, su absoluta certeza de que la lealtad de éste hacia él y su proyecto está fuera de toda duda. Bono solicitó a Zapatero esta reunión tras conocer que miembros de la Ejecutiva Federal le habían criticado duramente por mantener criterios diferentes a los expresados por la dirección del partido y por contribuir a dar una imagen de desunión.

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La conversación se produjo a instancias de Bono, tras conocer el presidente castellano-manchego que, días antes, el 11 de marzo, en una reunión de la ejecutiva, y en ausencia de Zapatero, se vertieron reproches a dirigentes del partido y, concretamente a Bono, cuyas manifestaciones, en sentido contrario a la ejecutiva, ahondan en la tesis de que el PSOE es 'una jaula de grillos' y de que Rodríguez Zapatero carece de autoridad.

Bono, quien compitió con Zapatero por la secretaría general del PSOE, tuvo conocimiento el mismo 11 de marzo de esta rebelión de miembros de la ejecutiva contra las manifestaciones heterodoxas de dirigentes socialistas. Enseguida se puso en contacto con Rodríguez Zapatero para conocer de primera mano si tenía algún reproche que hacerle. Zapatero fijó una entrevista para el 20 de marzo. Junto a Zapatero y Bono estuvieron también el secretario de Organización, José Blanco, y el secretario general de Castilla-La Mancha y miembro de la Ejecutiva Federal, José María Barreda.

Los interlocutores consultados aseguran que la reunión fue 'agradable, cordial y positiva'. En el entorno de Bono se asegura que el máximo líder del PSOE le reconoció que todas las decisiones tomadas por el presidente castellano-manchego las había conocido de antemano, ya fuera sobre financiación autonómica, plan hidrológico o financiación de sanidad. 'Le dijo, además, que este reconocimiento no era una concesión amable, sino un acto de justicia', aseguran las fuentes informantes. Zapatero, al parecer, no dudó de le lealtad de Bono y así se lo expresó.

Estas aclaraciones le resultaban a Bono necesarias toda vez que en la ejecutiva se vertieron críticas muy fuertes. Bono, además, también supo que las críticas hacia la 'falta de disciplina y lealtad de algunos' se repitieron en la reunión interna del grupo parlamentario socialista del 12 de marzo. Pero donde los reproches tuvieron su máxima expresión fue en la citada reunión de la ejecutiva. Las críticas empezaron casi al final de la reunión, cuando Zapatero había abandonado la sala al tener que acudir a otro compromiso. El secretario de Organización, José Blanco, dio cuenta somera de algunos datos sociológicos sobre la acogida de la labor del PSOE por parte de los ciudadanos.

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Falta de unidad

Los encuestados consideran que uno de los principales defectos del PSOE es la falta de unidad. A partir de ahí se sucedieron las intervenciones críticas. Tomaron la palabra Jordi Sevilla, secretario de Economía; Trinidad Jiménez, responsable de Política Internacional; Leire Pajín, titular de Organizaciones No Gubernamentales y, al final, el propio Blanco. Todos criticaron la falta de disciplina de algunos dirigentes. En una ocasión se citó expresamente a Bono.

Ante estas críticas José María Barreda, miembro de la ejecutiva y secretario general de Castilla-La Mancha, replicó con que en la España autonómica resulta imposible expresarse con un discurso uniforme. Le contestó Sevilla, para quien desde la ejecutiva se fomenta el respeto a la pluralidad autonómica, pero este concepto nada tiene que ver con las manifestaciones sobre Marruecos que perturbaron, en su momento, la visita de Zapatero al reino alauí y ayudaron al PP en sus críticas al líder socialistas por efectuar ese viaje.

Hace quince días, diversos miembros de la Ejecutiva Federal volvieron a fruncir el ceño contra Bono al escucharle que no veía con buenos ojos la presencia de socialistas en la manifestación tras la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE en Barcelona. Bono asegura que los 'recortes' en los medios de comunicación de sus expresiones han dado una imagen que él no deseaba.

Lo cierto es que Zapatero se da por satisfecho con sus explicaciones, y con ese mensaje se ha quedado Bono. En el entorno del presidente regional se asegura que 'su personalidad' hace imposible que 'no diga lo que piensa, sea sobre Marruecos o sobre el agua'. A su juicio, esa independencia de criterio es compatible con la 'absoluta lealtad' a Zapatero. Estos interlocutores recuerdan que Bono, nada más perder el congreso, 'empezó a ayudar' al nuevo secretario general, al instar a quienes le habían votado a que apoyaran a la ejecutiva que proponía de Zapatero. Efectivamente, todas las familias votaron a la actual dirección, refrendada por el 90,2% del congreso.

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