Fabio Biondi estrena un oratorio inédito de Scarlatti

El director actúa con el grupo Europa Galante en la Semana de Música Religiosa de Cuenca

La música recuperada de Alessandro Scarlatti (1660-1725) abrió el viernes la Semana de Música Religiosa de Cuenca. El violinista y director Fabio Biondi, paisano del compositor de Palermo, y su grupo de repertorio barroco con instrumentos de época Europa Galante ofrecieron la partitura recién hallada por ellos en una biblioteca privada de Brescia de La Santissima Trinità, un oratorio que se había dado por perdido y que el autor compuso para la ciudad de Nápoles en 1715. Nunca se había escuchado hasta su estreno mundial, anteayer, con éxito rotundo.

Alessandro Scarlatti era...

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La música recuperada de Alessandro Scarlatti (1660-1725) abrió el viernes la Semana de Música Religiosa de Cuenca. El violinista y director Fabio Biondi, paisano del compositor de Palermo, y su grupo de repertorio barroco con instrumentos de época Europa Galante ofrecieron la partitura recién hallada por ellos en una biblioteca privada de Brescia de La Santissima Trinità, un oratorio que se había dado por perdido y que el autor compuso para la ciudad de Nápoles en 1715. Nunca se había escuchado hasta su estreno mundial, anteayer, con éxito rotundo.

'La búsqueda de nuevas obras es fundamental. Es volver a ilusionarte como en los tiempos de estudiante'

Alessandro Scarlatti era compositor serio, concienzudo, que se alejaba de las ligerezas de su tiempo y probaba nuevos caminos en la expresión vocal. Según Biondi, escribió demasiado, quizá, y llegó a cansar a los intérpretes y públicos de su época con obras de altas ambiciones. 'Si no se han interpretado algunas piezas de Scarlatti es por su dificultad y porque muchos le consideraban demasiado serio, plúmbeo, incluso, para el estilo más ligero que se imponía entonces', asegura este músico carismático, que dirige a su grupo en escena desde su puesto de violinista más como un maestro de ceremonias que como un director al uso.

Biondi, impulsor de obras desconocidas y recuperador de autores como Corselli y de nuevas aproximaciones a Vivaldi o a Bellini, cuya interpretación de la ópera Norma con instrumentos de época ha realizado en Parma, piensa que La Santisima Trinità es una obra perfecta para este tiempo. 'Dura 70 minutos, cuando un oratorio, generalmente, viene a durar más de 120', cuenta. 'El público, cuando lo vaya escuchando, tendrá siempre ganas de más, como si se hubiera quedado con hambre después de una buena comida'.

La recuperación es fruto de lo que él considera que deben ser los intérpretes de la Corriente Auténtica, una mezla de musicólogos, artesanos y artistas. 'El trabajo de investigación, la búsqueda de nuevas obras es fundamental para un músico. Es volver a ilusionarte como en los tiempos de estudiante. No entiendo a esos intérpretes que se lo dan todo hecho', dice. Y piensa que la aportación de los grupos como el suyo al mundo musical es clara: 'Nosotros aportamos rigor. La rapidez y la rutina son los virus de la música hoy día. La rapidez para hacer las cosas, con pocos ensayos, poco estudio y la rutina en la repetición del repertorio'. Si hay que repetir algo, habrá que aportar novedad, como ha hecho él en piezas de Vivaldi como Las cuatro estaciones, con una versión de vertigo y sonidos nuevos, o el Stabat mater del italiano. 'Si todo el mundo lo ha hecho habrá que ensayarlo más para hacerlo mejor que nadie, ¿no?'.

La Santissima Trinità cuenta las luchas entre las virtudes y los pecados del hombre. Acompañaron a Europa Galante en escena los solistas Marta Almajano, en su papel de la Fe; Guillemette Laurens como la Teología; Elisabetta Scano haciendo de Amor Divino; Francesco Zingariello representando la Infidelidad, y Roberto Abbondanza como el Tiempo.

Ayer, la celebración musico-lúdico-religiosa siguió en Cuenca con un recital en el Museo de la Fundación Antonio Pérez del violonchelista Lluís Claret, que interpretó suites de Bach y una obra nueva de Tomás Garrido, la sonata De lamentatione. Fue entre cuadros de Manuel Millares que retaban con su abstracción a las figuras que despedía la maestría de Bach. Una de esas figuras fue la de Eduardo Chillida. Claret dedicó con un aplauso emotivo al escultor la suite número cuatro. 'Estamos en un museo de arte contemporáneo y quiero dedicar esta suite a Chillida, que se encuentra en un mal momento', dijo.

Por la noche tuvo lugar la aparición esperada de la Orquesta del Año de las Luces, con René Jacobs, el máximo experto en Händel en la actualidad, con una obra del inglés precisamente, Jephtha.

Fabio Biondi (en el centro), con miembros de Europa Galante, durante los ensayos de La Santissima Trinità.EFE
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