La Fiscalía pide 355 años de cárcel para los acusados de un triple crimen

El juicio por el triple crimen del Puerto de la Torre, un horripilante suceso ocurrido en la popular barriada malagueña en septiembre de 1999, comenzó ayer en la Audiencia de Málaga con una petición del fiscal de 355 años de cárcel para los cuatro acusados. En la primera sesión se escucharon sólo las declaraciones de los encausados. La vista se reanudará después de Semana Santa.

En el banquillo se sientan cuatro jóvenes que deben responder de los delitos de asesinato, robo con violencia, tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas, detención ilegal y daños continuados. Uno de ellos, Is...

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El juicio por el triple crimen del Puerto de la Torre, un horripilante suceso ocurrido en la popular barriada malagueña en septiembre de 1999, comenzó ayer en la Audiencia de Málaga con una petición del fiscal de 355 años de cárcel para los cuatro acusados. En la primera sesión se escucharon sólo las declaraciones de los encausados. La vista se reanudará después de Semana Santa.

En el banquillo se sientan cuatro jóvenes que deben responder de los delitos de asesinato, robo con violencia, tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas, detención ilegal y daños continuados. Uno de ellos, Isidro G. R., de 26 años, cambió ayer la declaración prestada durante la fase de instrucción y afirmó ser el responsable único de los crímenes. 'A los otros tres los amenacé de muerte para que me acompañasen', dijo. Sus compañeros de banquillo no le contradijeron.

El acusado afirmó también, a preguntas de su abogado, que no se arrepentía en absoluto de los hechos. 'Al contrario, estoy orgulloso porque he actuado perfecto', dijo. En otro momento de su declaración aseguró que uno de los tres jóvenes asesinados, Israel R. B., un barrendero conocido en el barrio como El Gordo, anduvo buscándolo para matarlo. 'Antes de que llore mi madre, que llore la de él', espetó.

El relato de Isidro G. R., que se mostró en todo momento agresivo y desafiante con el fiscal y con los abogados, pinta los hechos de la siguiente manera: el acusado tenía una cuenta pendiente con Israel R. B. 'porque se quedó con dinero de una partida de droga que le había dado para que la vendiera', y decidió matarlo. 'Primero planeé el crimen y conseguí las armas y luego empecé a buscar gente para que me ayudase', explicó.

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