Fallece un montañero valenciano en Ordesa y otro es hospitalizado

El superviviente, de L'Alcudia, sufre congelación en manos y pies

La Guardia Civil recuperó el sábado el cadáver de un montañero valenciano y rescató a un compañero suyo, vecino de L'Alcudia, con síntomas de congelación en nariz, pies y manos que permanecían desaparecidos desde el martes en el parque nacional de Ordesa y Monte Perdido (Huesca). Joan García, de 21 años, falleció el miércoles tras una noche infernal de viento y nieve. Julio Centelles, de 24, que ayer permanecía ingresado en un hospital de Huesca, sobrevivió hasta su rescate.

Residentes en Castellón, donde cursan estudios, García y Centelles, amantes de los deportes, aprovecharon las fie...

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La Guardia Civil recuperó el sábado el cadáver de un montañero valenciano y rescató a un compañero suyo, vecino de L'Alcudia, con síntomas de congelación en nariz, pies y manos que permanecían desaparecidos desde el martes en el parque nacional de Ordesa y Monte Perdido (Huesca). Joan García, de 21 años, falleció el miércoles tras una noche infernal de viento y nieve. Julio Centelles, de 24, que ayer permanecía ingresado en un hospital de Huesca, sobrevivió hasta su rescate.

Residentes en Castellón, donde cursan estudios, García y Centelles, amantes de los deportes, aprovecharon las fiestas de la Magdalena para salir a la montaña. Según fuentes de la Guardia Civil, que se hicieron eco de las declaraciones de Centelles, los montañeros valencianos tenían intención de hacer una excursión de cuatro etapas por el pirineo aragonés, que incluía cruzar a Francia y superar la cara norte del Monte Perdido.

Pero la expedición se truncó ya en la primera etapa, sin duda la más fácil. El martes día 5 salieron de la Pradera de Ordesa, en el municipio oscense de Torla, con la intención de llegar, tras una travesía de cinco o seis horas, al refugio de Goriz, en Fanlo, una completa instalación gestionada por la Federación Aragonesa de Montañismo a 2.200 metros de altitud, con todo tipo de servicios y capacidad para acoger a casi un centenar de montañeros. Desde este refugio, los dos jóvenes valencianos tenían intención de organizar sus excursiones. Nunca llegaron.

Durante la travesía, cargados con pesadas mochilas, la meteorología se volvió en su contra. La ventisca, 'que no les permitía distinguir más allá de dos metros', según la Guardia Civil, les forzó a intentar alcanzar el refugio cuanto antes. Así, decidieron despojarse de las mochilas, que dejaron en un hito del itinerario, para, más ligeros, ponerse a salvo. Sin embargo, se perdieron y no lograron encontrar el refugio. En esta situación decidieron recuperar las mochilas y prepararse a pasar la noche en sus sacos de dormir, pero tampoco las hallaron. Ateridos de frío pasaron la noche en un agujero en la nieve.

En brazos de su amigo

Joan García falleció el miércoles en brazos de su compañero, que aún tuvo que pasar otra noche más en el mismo lugar, junto al cadáver de su amigo, puesto que el temporal mantenía su intensidad. Y si logró sobrevivir quizá fue gracias a que pudo abrigarse más gracias al chaquetón de su amigo. El jueves Centelles intentó el regreso a Torla, pero continuó perdido ya que la ventisca no remitió y no había posibilidad de orientarse.

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Los familiares de los montañeros, que esperaban noticias de éstos el viernes por la noche, cuando se suponía que tenían que volver al refugio de una de las excursiones, alertaron a la Guardia Civil a las doce de la noche de aquel día. El Grupo de Montaña de Boltaña y la Unidad de Helicópteros de Huesca de la Guardia Civil iniciaron el sábado el rescate. A mediodía ya los habían encontrado. Primero hallaron las mochilas, luego el cadáver de García y, por último, gracias a las indicaciones de unos montañeros franceses que lo acababan de ver, a Centelles.

Mientras el cuerpo de García permanecía ayer en Barbastro a la espera de ser trasladado a Valencia, Centelles permanecía ingresado en el servicio de Cirugía del Hospital General San Jorge de Huesca, con un pronóstico 'menos grave', con hipotermia leve y deshidratación y congelación de primer y segundo grado en las manos, de segundo grado superficial en la nariz y de segundo y tercer grado en los pies.

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