La plaza del Dos de Mayo, desierta y sin 'calimocho'

Todavía no ha entrado en vigor la ley seca elaborada por el Gobierno regional, pero la céntrica plaza del Dos de Mayo -que hace apenas un mes era uno de los principales centros del botellón- estaba anoche inexplicablemente desierta. Casi lo mismo ocurría en las plazas de Barceló y de París, la avenida de Brasil y la zona de Moncloa, tradicionales y habitualmente concurridos puntos de reunión de los muchachos que beben cubalibre y calimocho. La Policía Municipal de Madrid patrulló por esos lugares casi fantasmagóricos ante la ausencia de jóvenes.

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Todavía no ha entrado en vigor la ley seca elaborada por el Gobierno regional, pero la céntrica plaza del Dos de Mayo -que hace apenas un mes era uno de los principales centros del botellón- estaba anoche inexplicablemente desierta. Casi lo mismo ocurría en las plazas de Barceló y de París, la avenida de Brasil y la zona de Moncloa, tradicionales y habitualmente concurridos puntos de reunión de los muchachos que beben cubalibre y calimocho. La Policía Municipal de Madrid patrulló por esos lugares casi fantasmagóricos ante la ausencia de jóvenes.

Sólo en un pequeño parque de la confluencia de las calles de Príncipe de Vergara y Juan Bravo había a últimas horas de la noche de ayer unos 400 jóvenes practicando el botellón. Fueron desalojados por los chorros de agua de las mangueras del servicio de limpieza más que por la policía. Eso sí, los chicos silbaron a los agentes y protestaron al verse obligados a interrumpir su reunión. Al hacerlo, dejaron un montón de basura.

Desde el 1 de febrero, el plan antibotellón de la Policía Municipal se ha saldado con la apertura de expedientes contra 26 establecimientos por vender alcohol a menores.