Reportaje:DEBATE

Con toda la mar detrás

José Luis Korta y José Luis Ugarte, dos navegantes frente a frente

Cuentan de José Luis Korta que cualquier día que estuviera entrenando en solitario, cuando practicaba el banco móvil, resbuscaba en la costa alguna embarcación para simular una competición ficticia que le rescatara de la soledad del entrenamiento. Dicen de José Luis Ugarte que en el fondo lo que le gusta es hablar con la estrellas y mirar el horizonte y que por eso eligió el mar como recipiente perfecto de sus ambiciones humanas.

Cuando José Luis Korta, el patrón de patrones, estrechó la mano de José Luis Ugarte, el navegante solitario, en los estudios de la Cadena SER en Bilbao, antes ...

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Cuentan de José Luis Korta que cualquier día que estuviera entrenando en solitario, cuando practicaba el banco móvil, resbuscaba en la costa alguna embarcación para simular una competición ficticia que le rescatara de la soledad del entrenamiento. Dicen de José Luis Ugarte que en el fondo lo que le gusta es hablar con la estrellas y mirar el horizonte y que por eso eligió el mar como recipiente perfecto de sus ambiciones humanas.

Korta: 'Como dice mi mujer, cuando ganas, siempre te haces enemigos'
'Hay que sacar tarjeta roja a los políticos', coinciden Korta y Ugarte

Cuando José Luis Korta, el patrón de patrones, estrechó la mano de José Luis Ugarte, el navegante solitario, en los estudios de la Cadena SER en Bilbao, antes de comenzar el programa de debate que los reunía, le llamó la atención el tamaño de sus manos: 'Manos de marinero, tienes, grandes y fuertes'. 'Tú estás hecho un chaval, y remando, a tu edad', le respondió Ugarte, soprendido por la lozanía de un cincuentón sin un gramo de grasa y más alto de lo que parece montado en la trainera

La edad como complicidad entre dos hombres que se resisten literalmente a envejecer tirándose flores que pueden defender con su envidiable aspecto: enjuto Korta, cuadrado Ugarte. Fuertes y con un ligero toque cetrino que otorga la brisa del mar. 'Yo soy hombre de costa. Sólo anduve en mar abierta cuando, de joven estuve cuatro años saliendo al bocarte' recuerda Korta. Curiosamente Ugarte, aprendió a navegar en un txintxorro: 'Antes de construirme mi primer velero con sábanas viejas y que se me hundió frente al faro de Algorta'. Distinto origen, distinto destino, aunque ambos comparten el sustrato de la mar. 'La mar nos da algo', setencia Korta; 'La mar, aunque esté en calma, siempre se mueve', afirma Ugarte.

Ninguno de los dos ha encontrado en tierra firme más que problemas. 'Los 10 árboles que teníamos en la casa en 30 años creo que han dado unas 10 manzanas' recuerda Korta en complicidad con Ugarte, que tampoco consigue sacar rendimiento a su jardín.

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Le interesa a Ugarte, que acepta y supera con nota, el papel de entrevistador, cómo se las ingenia Korta para convertir en triunfo casi todo lo que toca en un deporte duro y colectivo. Y la respuesta de Korta, lejos del manual, es un compendio de rotunda sencillez: 'Yo hago lo que exijo a mis remeros. Ojalá me retiren porque son mejores que yo y no porque yo lo decida'. Pero de pronto la filosofía de Korta irrumpe en toda su plenitud: 'Tengo muchas dudas sobre los preparadores y médicos actuales. Son para fabricar campeones y esas cosas. Pero los remeros de vez en cuando necesitan un calentón'. La pedagogía de lo inmediato que le ha granjeado a José Luis Korta la fama de duro que, en parte, también cultiva.

Y de tramposo, para sus enemigos, aunque ambas cosas tiene su explicación. 'Yo nací en un barrio de Orio que tenemos fama de tonguistas. Pero lo cierto es que antes era el número 1 en Orio y ahora soy el enemigo número uno. Y todo porque les arrebaté la bandera de la Concha. Así ocurre en la vida. Como dice mi mujer, cuando ganas, siempre te haces enemigos'.

Korta se perdía cuando iba a la escuela y jugaba a cesta punta con material artesanal. De entonces mantiene un récord dificil de batir: 'Jugando rompí cinco de los seis cristales de un ventanal'.

La cuesta de la infancia les atrapa a los dos marineros. Ugarte recuerda que practicó natación, salto con pértiga, lanzamiento de peso, boxeo 'El deporte era nuestra vida', y con los primeros ahorros 'compré un libro de trigonometría esférica y unos guantes de boxeo'. Ahora, opinan, los jovenes encuentran menos atractivos en el deporte y más en la noche, cuando 'la noche para mí siempre ha sido para dormir', asegura Korta. 'Yo siempre les digo a los jóvenes. Si no has ligado a las 12 de la noche, vete a la cama porque estás perdiendo el tiempo'. Korta más drástico tiene la solución para evitar juergas y correrías nocturnas en las estrellas de fútbol: 'O les pongo un guardaespaldas a cada uno o los concentro todo el año', afirma

El fútbol, como monopolio del deporte, que produce un sarpullido en los demás deportistas. La política, como algo inalterable en sus objetivos y que no admite posturas divergentes. Korta y Ugarte coinciden en que 'hay que sacar tarjeta roja a los políticos'. 'En política, no hay ninguno bueno, porque todos van a lo mismo y nunca van a coger nada del otro', afirma un incrédulo Korta que lamenta que mucha gente vote a los mayoritarios 'porque así son del equipo ganador. Pero ¿qué hace el equipo ganador por tí?'.

Ugarte recuerda como en su opinión fue utilizado por los políticos cuando solicitaron su opinión para el puerto deportivo de Getxo 'y no me hicieron ni caso'. O cuando les cobraron los impuestos para el Museo del Mar, un servicio para la ciudad

Del fútbol y de la política, no parecen partidarios. El dinero es otro caballo de batalla. 'La pasada temporada en Castro, la mejor de su historia, cada remero recogería un millón de pesetas', desvela Korta, mientras Ugarte recuerda que 'la única vez que recibí dinero fueron 20.000 francos franceses en la Vuelta al Mundo de Vela. Fue el premio de una empresa farmacéutica por ser el participante que acabó mejor físicamente la prueba'.

El navegante y el remero abandonaron el estudio de la SER, en Bilbao, con toda la mar detrás. Ya en la puerta, Korta recordaba cuando le sancionaron 'injustamente', tras un campeonato de banco movil: 'Me castigaron por dos meses y un día, como un delincuente. ¿Y sabes por qué?, pues porque con ese día me impedían disputar la Concha. Pero ganamos igual'.

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