Martirio arrima su copla al Caribe con tres nuevos discos

Tres espléndidos discos han arrimado la copla española a los sonidos del Caribe y otros puntos de Hispanoamérica; con dosis justas y equilibradas, han mezclado el jazz con el flamenco, el son, el bolero, la milonga, la guaracha, el tango y la bossa. Los discos se llaman, por orden cronológico, Coplas de madrugá, Flor de piel y Mucho corazón. La artista que les ha dado vida tiene de nombre de pila Maribel Quiñones, pero todo el mundo la conoce como Martirio. Revolucionaria de la tradición, Martirio pone de largo esta semana su última entrega, una trilogía de un lujo ...

Tres espléndidos discos han arrimado la copla española a los sonidos del Caribe y otros puntos de Hispanoamérica; con dosis justas y equilibradas, han mezclado el jazz con el flamenco, el son, el bolero, la milonga, la guaracha, el tango y la bossa. Los discos se llaman, por orden cronológico, Coplas de madrugá, Flor de piel y Mucho corazón. La artista que les ha dado vida tiene de nombre de pila Maribel Quiñones, pero todo el mundo la conoce como Martirio. Revolucionaria de la tradición, Martirio pone de largo esta semana su última entrega, una trilogía de un lujo que se suelta con cuentagotas.

Quintero, León y Quiroga, Beny Moré, Ton Jobim o Carlos Cano suenan de otra forma recreados por Martirio, que se ha dejado acompañar por músicos como su hijo Raúl, autor de muchos de los brillantes arreglos del disco; del trompetista neoyorquino de origen puertorriqueño Jerry González; del pianista Chano Domínguez, o de la armónica cromática de Antonio Serrano. Algunos de ellos estarán el miércoles con Martirio, artista apasionada que dosifica con sabiduría los impulsos de su corazón y un cerebro frío que le hace imaginar fascinantes propuestas que luego pone en práctica.

Yoghourt Daze, grupo apadrinado por Dover, recrea el histórico 'Nevermind' de Nirvana

Por mundos paralelos al flamenco y a los sonidos que acercan a la canción española se mueve también Clara Montes, que durante dos días se encierra en un teatro para grabar un disco en directo de próxima publicación. Con menos experiencia y carrera que Martirio, Montes sorprendió con un primer disco en el que cantaba poemas escritos por Antonio Gala. A pesar de tener escaso repertorio, sólo dos discos, Clara Montes basará su nuevo directo en canciones en su mayoría nuevas.

El Pollito de California, desde una visión un poco más disparatada, también anda a vueltas del flamenco y la rumba. Su actuación inaugura las sesiones flamencas de los martes en la sala Underground. El cante de Manuel Lorente con el toque de Paco Cortés ponen seriedad al asunto del flamenco. Pero donde el flamenco se remacha como arte total y se renueva su futuro es en la voz de Estrella Morente. Su actuación, que se aplazó en Navidad hasta ahora, cierra el Festival del Milenio. Mi cante y un poema y La calle del aire son los dos discos que confirman a esta cantaora, hija del gran Enrique Morente, como la voz joven femenina más firme y con mayor proyección.

A la canción de autor le marca esta semana el humor. Wyoming, con su inseparable Reverendo, lo ejemplariza como nadie; pero a su lado no se quedan mancos ni Pablo Carbonell, ni Pepín Tre, ni Riki López y, mucho menos, Faemino y Cansado, aunque lo suyo no sea la canción, pero sí dar el cante. Carbonell sigue con sus Aceitunas y estrellas. Tre acude al ciclo que organiza CC OO, donde tocará también el aragonés Joaquín Carbonell, otro con ironía, aunque no le una parentesco con Pablo.

Riki López dice que es El hombre más feliz de mundo, según titula el disco que le ha editado el sello discográfico del programa radiofónico Gomaespuma. El gaditano madrileño Carlos Chaouen o el israelí David Broza recuerdan que la canción de autor es también seria, aunque ello no quiera decir sosa o aburrida. Entre los nuevos cantautores empieza a sonar el nombre de Sandro, que hace doblete esta semana.

El octubre pasado se cumplieron diez años de la edición del disco Nevermind, firmado por Nirvana, que entronizó el grunge como la última revolución del rock. Para conmemorar el aniversario, Yoghourt Daze, un grupo madrileño apadrinado por Dover, recreará canciones del histórico disco. Madrileños son también Le Punk, un grupo que funde el rock con el jazz y sonidos balcánicos. De Barcelona vienen Cheb Balowski con su peculiar verbena mestiza y pluricultural, que les hace militar en la misma división de Dusminguet, Macaco, Hechos Contra el Decoro o Mano Negra. Tres Hombres es un proyecto paralelo a La Vacazul, el grupo madrileño que más músicos aporta a los programas de televisión con grupo de directo (La noche de Fuentes, Lo más Plus, El Club de la Comedia...).

Hermanas Sister vienen de Málaga con su rock eternamente alternativo; Salida Nula y Peta Z aportan la vulgarización del rock, y Mama Funko le pone chispas funkis al pop. Acaso la propuesta más interesante del nuevo pop español la sirva esta semana Sidonie, el grupo catalán que más innovador resulta a la hora de poner electrónica al rock, al pop y al funki con cierta hipnosis psicodélica y ecos orientales. De Francia viene Dogs y su rock and roll salvaje de siempre, y Sing Sing, un dúo femenino de vanguardia pop.

Llamado a participar de lleno en la renovación del jazz español, el saxofonista canario Kike Perdomo pasa la semana en el Central. Otra semana más, esta vez en Clamores, el violín de Christian Howes se junta al piano de Horacio Icasto. Concha Buika, española de origen ecuatoguineano, se confirma como una de las mejores voces que pueden oírse en Madrid en los últimos meses. Le da al jazz, pero también está dotada para cantar lo que se le ponga por delante.