Un inmigrante rumano, herido grave en San Fernando al ser golpeado por dos compatriotas con bates de béisbol

En el techo del disco-bar Drácula, en San Fernando de Henares, aún quedaban ayer restos de sangre. Constituían la evidencia de los contundentes golpes en la cabeza y otras partes del cuerpo que, con bates de béisbol, recibió un cliente de este local hacia la una de la madrugada del sábado. En la trifulca hubo dos heridos, hermanos -uno de ellos se halla hospitalizado en estado grave en el hospital de La Princesa-, y dos agresores. No hay certeza sobre las causas. Lo cierto es, según testigos, que dos individuos de origen rumano, pertrechados con sendos bates de béisbol, se acercaron a dos comp...

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En el techo del disco-bar Drácula, en San Fernando de Henares, aún quedaban ayer restos de sangre. Constituían la evidencia de los contundentes golpes en la cabeza y otras partes del cuerpo que, con bates de béisbol, recibió un cliente de este local hacia la una de la madrugada del sábado. En la trifulca hubo dos heridos, hermanos -uno de ellos se halla hospitalizado en estado grave en el hospital de La Princesa-, y dos agresores. No hay certeza sobre las causas. Lo cierto es, según testigos, que dos individuos de origen rumano, pertrechados con sendos bates de béisbol, se acercaron a dos compatriotas sentados a una mesa del bar y, sin piedad, comenzaron a golpear en la cabeza a uno de ellos. El otro, hermano del primero, se levantó de la mesa para ayudarle y también fue agredido, aunque su estado es leve. El disco-bar Drácula se convirtió en un infierno: mesas y platos por los suelos, gritos de dolor...

Toñi, la dueña del Drácula, avisó a la policía y a una ambulancia. Cuando los agentes llegaron, los agresores ya habían huido. Mientras esperaba la ambulancia, Toñi auxilió al herido más grave. No llegó a perder la conciencia, aunque presentaba una enorme brecha en la parte superior de la cabeza, de lado a lado, y de ella brotaba sangre con profusión. 'Daba miedo verla', comentó Toñi aún compungida por el suceso, que destrozó la habitual tranquilidad de su local, inaugurado hace un año y frecuentado, en un 90%, por inmigrantes rumanos.

Toñi ignora los motivos de la reyerta y la identidad de los agresores, si bien, según dijo ayer, a uno de ellos le ha visto en su local alguna vez. 'No sé qué ha pasado ni por qué', aclaró. 'De pronto subieron dos chicos, de veintitantos años, desde la discoteca, situada en un sótano, hasta el restaurante, en la primera planta, y comenzaron a golpear a un cliente'. La propietaria afirma que vio a los agresores llegar en chándal al local, pero que no vio los bates. 'En ese caso, no les habría dejado pasar', advierte.

Según un testigo, antes de esta reyerta los hermanos pegaron en la calle al cuñado de uno de los agresores, de lo que se deduce que el ataque posterior pudo ser una venganza. Mientras la policía de Coslada trataba ayer de localizar a los agresores, la víctima permanecía en La Princesa.

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