Crítica:CRÍTICA | TEATRO

Arte de la comedia

Tiene algo como de cómic esta recreación de la Companyia Teatre Micalet, en la que pesa mucho la intervención de Manel Dueso, de una de las obras mayores de Carlo Goldoni. Hay también como un infantilismo deliberado, tanto en el vestuario como en numerosos detalles de actuación, de un infantilismo que diría yo embroncado en relación con la duplicidad de conducta -y de carácter- de casi todos los personajes. Aquí, casi todo el mundo engaña a todo el mundo, o lo intenta al menos, como es tradición en el género que en buena medida instaura Goldoni. También la disposición escénica, en el centro de...

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Tiene algo como de cómic esta recreación de la Companyia Teatre Micalet, en la que pesa mucho la intervención de Manel Dueso, de una de las obras mayores de Carlo Goldoni. Hay también como un infantilismo deliberado, tanto en el vestuario como en numerosos detalles de actuación, de un infantilismo que diría yo embroncado en relación con la duplicidad de conducta -y de carácter- de casi todos los personajes. Aquí, casi todo el mundo engaña a todo el mundo, o lo intenta al menos, como es tradición en el género que en buena medida instaura Goldoni. También la disposición escénica, en el centro de la sala y con el público rodeando a los actores, favorece los apartes, la apelación directa al público y su intervención, por donde se consiguen a veces efectos cómicos muy eficaces.

L'Hostalera

De Carlo Goldoni, por Companyia Teatre Micalet. Intérpretes, Rosa López, Pilar Almería, Isabel Carmona, Josep M. Casany, Joan Peris, Pep Ricard, Ximo Solano. Iluminación, Laia Oms. Vestuario, Enric García. Escenografía, Xavier García. Coreografías, Amparo Hernández. Traducción, adaptación y dirección, Manel Dueso. Teatre Micalet. Valencia.

Lo que ocurre es que ese infantilismo como de dibujos animados rebaja a veces la intensidad del conflicto y la doblez de los personajes, a lo que contribuye no poco la pretensión -errónea, según lo veo- de incluir algunos números musicales, a los sones de algunas canciones fragmentadas de Renato Carosone, que rompen el ritmo muchas veces y que, curiosamente, entran mejor de lo que salen. Rosa López está muy convincente en el papel de Mirandolina, la protagonista, y resuelve su personaje mediante un notable juego de miradas que introduce la distancia necesaria entre lo que dice y lo que quiere decir, siendo también la menos sobreactuada en un reparto que ya va siendo habitual en esta compañía y que, por ello mismo, es bastante homogéneo, algo más raro de ver en los escenarios de lo que parece.

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