Folie de grandeur

Valery Giscard d'Estaing quiere ser recordado como uno de los padres fundadores de Europa, pero el ex presidente francés corre el riesgo de ser recordado como el último de los Borbones, que no ha aprendido ni olvidado nada. Giscard acaba de comenzar sus tareas como presidente de la convención constitucional. He aquí una excepcional oportunidad brindada a la UE para hacer un debate de amplio espectro que sirviera para conectar de nuevo a la UE con sus ciudadanos. La convención fue diseñada para desbaratar la idea de que Europa consistía en un proyecto tecnócrata dirigido por élites lejanas. Tod...

Valery Giscard d'Estaing quiere ser recordado como uno de los padres fundadores de Europa, pero el ex presidente francés corre el riesgo de ser recordado como el último de los Borbones, que no ha aprendido ni olvidado nada. Giscard acaba de comenzar sus tareas como presidente de la convención constitucional. He aquí una excepcional oportunidad brindada a la UE para hacer un debate de amplio espectro que sirviera para conectar de nuevo a la UE con sus ciudadanos. La convención fue diseñada para desbaratar la idea de que Europa consistía en un proyecto tecnócrata dirigido por élites lejanas. Todo esto está en riesgo por culpa de Giscard y sus preocupaciones por los aderezos del poder. Se ha buscado una posición similar a la de Romano Prodi, y como líder de la convención tiene dos vicepresidentes, un secretario general y un jefe de gabinete. Se ha informado de que ha pedido un sueldo mensual de 20.000 euros, el mismo que Prodi. (...) Giscard necesita un equipo adecuado para llevar adelante unas tareas que requieren grandes dosis de diplomacia y conocimientos legislativos, y todas estas necesidades deben ser cubiertas, pero seguramente él no necesita tan fuerte suma, que debería añadirse a su pensión como ex presidente y su salario de parlamentario. Seamos justos con el ex presidente francés, no está pidiendo una bolsa de diamantes.

Giscard puede ser un presidente muy competente, no en vano fue el arquitecto del sistema monetario europeo. Con todo, debe antes restablecer parte de su credibilidad bajando sus pretensiones económicas.

Londres, 25 de enero