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CAREY TERMINA CON SU DISCOGRÁFICA

La casa discográfica EMI ha puesto fin a uno de los contratos más caros de la historia de la música al anunciar ayer que terminaban las relaciones entre su filial Virgin Records y la cantante estadounidense Mariah Carey. El grupo le pagará 28 millones de dólares (31,5 millones de euros) como indemnización. El anuncio se hizo público en un comunicado de EMI a la Bolsa de valores londinense, tras semanas de conjeturas y desmentidos en la prensa especializada, que citaba cifras muy superiores. La cantante había firmado un contrato con la multinacional en abril del año pasado para grabar ci...

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La casa discográfica EMI ha puesto fin a uno de los contratos más caros de la historia de la música al anunciar ayer que terminaban las relaciones entre su filial Virgin Records y la cantante estadounidense Mariah Carey. El grupo le pagará 28 millones de dólares (31,5 millones de euros) como indemnización. El anuncio se hizo público en un comunicado de EMI a la Bolsa de valores londinense, tras semanas de conjeturas y desmentidos en la prensa especializada, que citaba cifras muy superiores. La cantante había firmado un contrato con la multinacional en abril del año pasado para grabar cinco discos por cien millones de dólares. Sin embargo, el fracaso de su último disco, Glitter, que sólo vendió dos millones de copias, llevó a los ejecutivos de la discográfica a decidir la rescisión. En sus momentos de mayor popularidad, Carey llegó a vender 20 millones de copias, con su disco Music box. La cantante, que firmó con Virgin tras divorciarse del empresario discográfico Tommy Mottola, ha sufrido el año pasado numerosos problemas personales, incluida una depresión nerviosa y un supuesto intento de suicidio. Otras víctimas recientes de las discográficas, dispuestas a rebajar los costes tras sufrir el año pasado los peores resultados que se recuerdan, incluyen nombres como David Bowie y Rod Steward, con contratos demasiado altos, cuando sus discos ya no pueden garantizar un sitio entre los mejores. Igual ha ocurrido con las cantantes Sinéad O'Connor y Anita Baker. Los ejecutivos de las discográficas reconocen, sin embargo, que muchos de los artistas descartados no tardarán en encontrar una nueva productora. Tal fue el caso de la compañía británica Gut Records que hizo una fortuna recuperando al galés Tom Jones, y ayudándole a impulsar su carrera.

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