Federico Luppi sigue sorprendiéndose del viejo mito de los actores

Leyó la novela antes de que se supiera que esto iba ser un proyecto de cine y que se convertiría en El lugar donde estuvo el paraíso, de Gerardo Herrero, película que se estrena hoy. Federico Luppi interpreta el personaje de un viejo cónsul destinado en una zona fronteriza. 'Estoy seguro de que el cónsul vino de una vida muy intensa, con cosas muy buenas y muy malas, que ha visto lo mejor y lo peor de la gente, con compañeras como la bebida. Llega a ese lugar y la sensación es que pretende pasar sus últimos años dignamente y con cierta paz. Consigue una amante más joven que él, con la q...

Leyó la novela antes de que se supiera que esto iba ser un proyecto de cine y que se convertiría en El lugar donde estuvo el paraíso, de Gerardo Herrero, película que se estrena hoy. Federico Luppi interpreta el personaje de un viejo cónsul destinado en una zona fronteriza. 'Estoy seguro de que el cónsul vino de una vida muy intensa, con cosas muy buenas y muy malas, que ha visto lo mejor y lo peor de la gente, con compañeras como la bebida. Llega a ese lugar y la sensación es que pretende pasar sus últimos años dignamente y con cierta paz. Consigue una amante más joven que él, con la que, más que pasión y amor, mantiene una forma amable de convivencia, y todo funciona para que sea digno y suave aun en la decadencia. Todo ello se quiebra cuando aparece la hija y plantea un conflicto'.

Un conflicto que el personaje, según Luppi, no sabe bien cómo encarar. 'Siempre los hijos son una especie de misterio bastante incomprensible. No importa la experiencia que tenemos como padres, que siempre es poca, y estamos aprendiendo a hacer a medida que el tiempo transcurre'.

A pesar de los años que lleva interpretando, Federico Luppi cree que el tema de la experiencia del actor es 'un viejo mito, y especialmente en el mundo del cine. La experiencia es un peine que te dan cuando te quedas calvo. Uno se vuelve socrático y de lo único que te das cuenta es de lo poco que sabes, el matiz al que no llegas, el registro que no das. Uno no se siente más seguro nunca'.

El actor argentino afirma que sigue sorprendiéndose con su trabajo. ' La profesión de actor es uno de los pocos oficios en los que prima el pensamiento desinteresado, el estar frente al público digno, entero, verdadero. El sentido de la verdad en el actor funciona como un piloto automático, y eso lo convierte en un oficio maravilloso, que, además, es tan fugaz, que tan sólo está cuando uno está actuando'.

Luppi añade que este tipo de fenómeno no ocurre en el cine porque 'la imagen de la película ya no soy yo, hace mucho tiempo que me abandonó. Este personaje u otro dentro de una semana tendrá poco que ver conmigo, mis células habrán cambiado, mis sensaciones. Uno estará mejor o peor, pero ya no es uno. Es un oficio misterioso para investigar'.

Federico Luppi se trasladará en breve a España a vivir y abandonará Argentina por la falta de expectativas. 'Quiero tener un lugar donde me sienta tratado como una persona, y siento que hay proyectos y que hay ligaduras más o menos estables en España. Deseo vivir como se vive hoy en comunidades más o menos adultas. Culmina malamente una fantasía, que fue la de la Argentina prepotente, interminable y rica'.