Una amistad de alto riesgo

De jóvenes ya pateaban juntos el balón en las calles de Buenos Aires y su aspiración era ser futbolistas. A diferencia de muchos de los chavales que tienen esta misma ilusión, el destino jugó limpio con ellos y cumplieron su sueño. Hoy se verán las caras en Balaídos. Cavallero como portero del Celta y Armentano como delantero de Osasuna.

Pero las vidas de Cavallero y Armentano no sólo han estado estrechamente unidas al mundo del balón. Hay en ellas un elemento externo que les ha perseguido: el riesgo. Tiroteos, sangre y lesiones han amoldado el carácter y la personalidad de estos dos fu...

De jóvenes ya pateaban juntos el balón en las calles de Buenos Aires y su aspiración era ser futbolistas. A diferencia de muchos de los chavales que tienen esta misma ilusión, el destino jugó limpio con ellos y cumplieron su sueño. Hoy se verán las caras en Balaídos. Cavallero como portero del Celta y Armentano como delantero de Osasuna.

Pero las vidas de Cavallero y Armentano no sólo han estado estrechamente unidas al mundo del balón. Hay en ellas un elemento externo que les ha perseguido: el riesgo. Tiroteos, sangre y lesiones han amoldado el carácter y la personalidad de estos dos futbolistas. Y es que algunas de sus aventuras son propias del cine. La más llamativa, la acontecida en Argentina hace cuatro años, poco antes de que ambos jugadores recalasen en la Liga española.

El portero del Celta y el delantero de Osasuna sufrieron un tiroteo hace cuatro años en Argentina

Armentano y Cavallero, según desveló el Diario de Navarra en un reciente reportaje, defendían los colores de Vélez Sarsfield y acudían a diario juntos a entrenarse. A la salida de una de esas sesiones un automóvil se interpuso en su camino y fueron tiroteados.

Cavallero, que conducía el coche de su compañero, casi recién estrenado, fue alcanzado en el pecho por un impacto de bala pero por fortuna logró salvar su vida. Algo que extrañó incluso a los médicos ya que, según afirmaron luego, de mil heridas como la suya sólo se conseguía salvar una. Ayudó también a su recuperación la rapidez de la intervención médica, gracias sobre todo a la habilidad de Cavallero para, aún herido, escapar con el coche de aquella escena propia de una película de gangsters.

Las hipótesis se fueron sucediendo. Se habló de atraco, de secuestro e incluso de intento de asesinato. Esta última versión venía refrendada por la profesión del padre de Armentano, miembro del personal de seguridad del siempre cuestionado ex presidente argentino Carlos Ménem. Pese a que el coche tiroteado era suyo y no de Cavallero, lo que otorgaba más credibilidad, Armentano siempre negó esta última teoría. Para bien o para mal, éste fue un hecho que les marcó. Su amistad ya era buena hasta entonces pero este suceso les unió un poco más.

Pero la vida les tenía preparada alguna desagradable sorpresa más. Fue en la primera ocasión en la que se enfrentaban en España, la temporada pasada. Antes no habían coincidido ya que Armentano militaba en segunda división, primero en el Elche y luego en el propio Osasuna. En un balón dividido, guardameta y delantero chocaron fortuitamente en su afán por dar con la pelota. El peor parado fue, al igual que en el tiroteo de cuatro años atrás, Cavallero, que tuvo que ser atendido al sangrar abundantemente tras el encontronazo con su rival y amigo. Conclusión: varios puntos de sutura en la cara Era ya la segunda cicatriz que se producía en su cuerpo con Armentano de por medio.

Sin embargo, tampoco esto logró resquebrajar la amistad entre ellos. Una amistad cimentada a base de experiencias negativas que hoy pasará una nueva prueba de fuego al volverse a unir. Será el momento de comprobar si definitivamente este enlace es más tranquilo que los que anteriormente han vivido Armentano y Cavallero.

El delantero osasunista ha ironizado esta semana sobre el asunto. 'No se si Cavallero seguirá siendo amigo mío después de todo lo ocurrido', afirmó. De momento no parece tener sitio en el equipo titular. Lotina quiere proteger la amistad.