Necrológica:NECROLÓGICAS

Gustav Rau,mecenas de arte alemán

El médico y mecenas alemán Gustav Rau, que donó a Unicef su colección completa de obras de arte, valorada en varios centenares de millones de euros, falleció en un hospital cercano a su ciudad natal, Stuttgart, a los 79 años, según comunicó un portavoz del Fondo de la ONU para la Infancia.

El portavoz destacó la labor filantrópica de este médico, que dedicó gran parte de su vida a ayudar a niños necesitados en todo el mundo, y cuyo legado de más de medio millar de obras de arte supone para Unicef la mayor herencia recibida jamás. La colección de Rau consta de lienzos y esculturas de art...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El médico y mecenas alemán Gustav Rau, que donó a Unicef su colección completa de obras de arte, valorada en varios centenares de millones de euros, falleció en un hospital cercano a su ciudad natal, Stuttgart, a los 79 años, según comunicó un portavoz del Fondo de la ONU para la Infancia.

El portavoz destacó la labor filantrópica de este médico, que dedicó gran parte de su vida a ayudar a niños necesitados en todo el mundo, y cuyo legado de más de medio millar de obras de arte supone para Unicef la mayor herencia recibida jamás. La colección de Rau consta de lienzos y esculturas de arte europeo de seis siglos, desde El Greco hasta Auguste Renoir, Camile Pisarro, Edgar Degas, Claude Monet, Paul Cézanne, Max Liebermann o Edvard Munch. El núcleo de la colección, valorada en más de 500 millones de euros, se mantendrá unido y será expuesto, tras una gira internacional, en un 'museo de renombre mundial' durante los próximos 25 años, indicó Unicef cuando se oficializó la herencia. El resto será vendido paulatinamente y los fondos recaudados serán destinados a proyectos de ayuda humanitaria.

Soltero, hijo y único heredero de un acaudalado fabricante de Stuttgart, Rau siguió primero la trayectoria de su padre y estudió ciencias empresariales, pero a los 40 años, y tras la muerte de su progenitor, decidió estudiar medicina, vender la fábrica y abrir un hospital en la actual República del Congo, donde trabajó hasta 1993. En un principio, Rau había ordenado que la colección se vendiese tras su muerte y que los fondos se destinaran a personas necesitadas en los países más pobres, pero el Estado suizo intentó frustrar esta operación en calidad de administrador de la Fundación Crelona, a la que el médico había encomendado su colección.

Tras sufrir un ataque cerebral y después de que se le intentara atribuir la pérdida de poderes facultativos, Rau acudió a los tribunales, donde afrontó una larga serie de procesos, que acabó ganando. Finalmente, decidió ceder toda la colección a Unicef, que ahora recuerda que el único lujo que se permitió este humanista modesto fue su amor por el arte: desde 1958 visitó las principales subastas en París, Londres y Nueva York, donde empezó a reunir su colección.-

Archivado En